Mientras Keylor Navas se despedía de sus compañeros entre lágrimas y lanzando varios mensajes muy emotivos, Bale, según ha informado Marca, no se despidió después de la derrota ante el Betis. Se duchó, se vistió y se marchó como si se tratase de un final de temporada más con el objetivo de presentarse la segunda semana de julio en Valdebebas para el comienzo de la pretemporada.
El galés tiene contrato con el club blanco hasta 2022 y un salario anual de 17 millones de euros netos (51 ‘kilos’ le restan por cobrar) y muy pocas ganas de facilitar su salida. El Madrid, más concretamente Zidane, no quiere verle de vuelta en el inicio del nuevo proyecto, pero tampoco ha recibido ofertas por el jugador. (El Madrid podría haber elegido ya al sustituto de Keylor)
Su salida se antoja muy complicada. Los grandes clubes que han puesto el punto de mira en él son conscientes de la situación que atraviesa Bale en el Madrid y no todos pueden poner encima de la mesa 100 millones de euros y hacerse cargo de su ficha. Así, el club blanco se verá obligado a rebajar esa cantidad e, incluso, pagar parte de su ficha. Todo sea por no ver a Bale de nuevo por Valdebebas.
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