El fichaje del francés empieza a verse como un 'fracaso' en la entidad azulgrana.
Antoine Griezmann empieza a ser un problema en el Barcelona. El delantero, que llegó por los 120 millones de euros de su cláusula, no ha terminado de adaptarse a los esquemas de Ernesto Valverde. Cuando juega se le ve aparentemente desorientado, sin conexión con el resto de compañeros y en la Ciudad Condal ya empiezan a olerse algo raro. Parece que solo mantiene relación con sus compatriotas en el vestuario (Dembélé sería su mejor amigo) y la relación con las estrellas Leo Messi y Luis Suárez no sería la mejor. Además, hay algo que el vestuario culé no perdona al ex del Atlético de Madrid.
El famoso documental
(La Decisión) dejó en muy mal lugar al
Barcelona. Dañó la imagen del club y dejó con 'cara de póker' a los jugadores de la primera plantilla. Y
Gerard Piqué el primero, que fue quién aceptó dirigir -a través de una de sus empresas- el melodrama del francés. Cuando ya parecía 'superado' el caso
Griezmann, el
Barça se arrastró de nuevo por el delantero. Era uno de los sueños de
Bartomeu, que incluso sacrificó la relación con el
Atlético de Madrid para ficharlo. Depositaron los 120 millones de euros en
LaLiga y eso que ya habían mantenido relaciones con el entorno del jugador a mitad de la temporada pasada.
(El ex-asesor de Griezmann ve una 'estafa' su fichaje por el Barça).Por otra parte, el vestuario azulgrana entiende que al llegar
Griezmann se tuvo que desestimar la operación por
Neymar. Muchos jugadores del equipo le habían pedido a la directiva que volviese el brasileño (
Messi como actor principal) y consideran que el club no hizo todo lo necesario para sacarle del
PSG. Una decisión que molestó mucho a varios pesos pesados del equipo, que no entendían el 'modus operandi' del club. No resultada nada descabellado afirmar que la relación de
Griezmann con jugadores como
Messi o
Suárez no parece la mejor.
En varios partidos se ha mostrado claramente cómo prefieren pasarle el balón a otros compañeros antes que al francés. Además, su entrenador
Ernesto Valverde tampoco le encuentra un sitio en sus esquemas.
Messi y
Suárez son intocables, por lo que el ex del
Atlético de Madrid está condenado a jugar por la izquierda. Una posición en la que no se encuentra cómodo ya que está totalmente desaparecido y desorientado. El caso
Griezmann ya empieza a 'picar' en la
Ciudad Condal.
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