Análisis: La prematura Champions de Goncharenko





La historia de Viktor Goncharenko (Viktar Hancharenka en su país), técnico más que singular del BATE Borisov que este miércoles debuta en Champions League nada menos que en el Santiago Bernabéu, no tiene desperdicio alguno pues toda su vida ha transcurrido en torno al club de sus amores.

En sus años de juvenil, el BATE apareció en su vida. Era un chico humilde con las ideas bastante claras y al que no le gustaban las estridencias de sus compañeros, por lo que fue de los pocos que llegaron a cumplir su sueño de jugar en el Horodskiy Stadium. Allí, se convirtió en un fiel animador de los graderíos con sus arrancadas de potencia y valentía que, tras cuatro años, encontraron punto y final en una trágica lesión de ligamentos que lo ‘jubiló’ anticipadamente a los 25 años.

Su amor al fútbol del BATE era tan intenso que no bajó los brazos y se puso a entrenar al filial hasta que Igor Krushenko enfermó en 2007 y dejó la puerta abierta a la entrada de Goncharenko. El técnico quemaba otra etapa dentro de su idilio y aumentaba su caché cuando, tras varios partidos, el equipo reaccionó con la misma ambición que un técnico al que el fútbol ya le había enseñado en camino más oscuro.

Ahora, suma una gran racha de resultados ya que antes de perder en la Ida ante el Madrid, sumaba más de treinta partidos sin conocer la derrota.


Recientemente coronado como campeón bielorruso y codeándose con los grandes en un sueño llamado Champions, dicen que al joven Goncharenko sólo le falta una bala, la de la presidencia. ¿Acaso dudan que lo vaya a conseguir?