Un gol de Raúl nos lleva a los octavos

El Madrid certifica el pase de ronda tras derrotar al BATE gracias a un gol del capitán. Los blancos cuajaron una gran primera parte pero se apagaron en la segunda, en parte por los palos de los bielorrusos


Sneijder fue de los mejores blancos.




El partido se puso de cara al poco de comenzar, y no sólo por las noticias llegadas desde San Petersburgo. Esta vez a los blancos no les costó entrar en calor, vaya paradoja, y tras un aviso de Saviola a centro de Drenthe, que salió al partido montado en moto, un nuevo pase del holandés al que no llegaron el argentino ni un presunto defensa llamado Yurevich fue aprovechado por Raúl para descorchar el partido a favor de los madridistas y, de paso, para marcar su primer gol en esta Champions: los octavos estaban a tiro de piedra.

El golpe de autoridad no se limitó a ese tanto. El Madrid estaba magníficamente plantado sobre el campo, ayudado por la seguridad de una zaga en la que sus cuatro integrantes rindieron a un muy alto nivel, excepcional Sergio Ramos como central, y el centro del campo se movía casi a su antojo. Los de Schuster manejaban todos los aspectos del juego excepto arriba, donde Drenthe, tras un buen inicio, se dio de topetazos una y otra vez contra el muñeco y Saviola, en un par de ocasiones que tuvo, no acertó a meter la dichosa pelotita dentro. Casillas fue un mero espectador, un cubito de hielo con guantes.

La segunda parte se inició con un trastazo de Guti, quien se llevó un cabezazo, que pareció fortuito, de un rival y le abrió la ceja derecha. El catorce saltó al campo a la Camacho, la camiseta ensangrentada y venda, discretita, en la cabeza, algo así como dos rollos de papel higiénico, lo que quizás le impidió llegar con más celeridad a una jugada en la que Sneijder intentó plantarse en solitario ante Veremko y cuyo rechace no pudo ser aprovechado.

La sangre de Guti, caliente, desperezó al BATE: un error de Heinze al calcular mal un despeje acabó con el balón a pies de Volodko: su disparo lamió la escuadra derecha de Casillas. Los blancos comenzaban a perder el control de la situación, a partir del fatídico minuto 60 en el que la gasolina parece faltar, demasiado parecido a Almería. Sergio Ramos, en otro cabezazo con un rival, también se hizo una brecha y el Madrid comenzó a parecerse al de la épica de los libros de historia, Quincoces, Camacho y tal.

El BATE crecía sobre el césped, toda la leña sobre el campo, e incluso se permitía el lujo de pegar taconazos en la frontal, aunque era incapaz de tirar entre los tres palos, algo que tampoco consiguió Raúl con un zurdazo desde la frontal que se estrelló en el larguero de Veremko. El partido andaba enredado, el BATE pegaba palos por doquier y comenzaba a haber piques sobre el campo, lo que ensució el juego.

 Pero pese a que los bielorrusos apretaron a balón parado y a la entrada de Alberto Bueno para jugar cinco minutillos que acaban con la sequía de canteranos madridistas en Champions, no hubo para mucho más. El rival de los blancos no probó los guantes de Casillas en todo el partido y ante un equipo de madres no se podía conceder un gol. A octavos, pensando ya en la última semana de febrero, partido de ida, previsiblemente en el Bernabéu. Y es de esperar que con el equipo ya a pleno rendimiento.

 

LA FICHA DEL PARTIDO

BATE BORISOV01REAL MADRID
Veremko; Khagush, Kazantsev, Sosnovski, Yurevich; Volodko (Sivakov 65'), Likhtarovich (Skavysh 69'); Kryvets, Bliznyuk, Stasevich (Nekhaychik 46'); y RodionovCasillas; Miguel Torres, Sergio Ramos, Pepe, Heinze; Gago; Guti (Van der Vaart 79'), Sneijder, Drenthe; Raúl (Javi García 86') y Saviola (Bueno 89')

Gol

0-1 (7'): Centro desde la izquierda de Drenthe, no llega Saviola, falla en el despeje Yurevich y Raúl bate a Veremko con la zurda.

 

Árbitro

Terje Hauge, noruego. Amonestó a Heinze (9'), Sosnovski (23'), Miguel Torres (43'), Bliznyuk (75') y Khagush (89').

Incidencias

Dinamo Stadium, en Minsk. Casi lleno: unos 38.000 espectadores y 300 aficionados desplazados desde Madrid en la grada.