Juande Ramos al desnudo

El nuevo técnico blanco, un trabajador nato





Ramón Calderón y Pedja Mijatovic confían en que la versión sevillista sea prolongada en Chamartín, donde el manchego intentará sacar ‘jugo’ a una plantilla que no e amolda a sus peticiones, pero que tiene mucho margen de mejora en cuanto a imagen y estilo de juego.

Un detallista en los alimentos

Juande Ramos es, ante todo, un trabajador exigente del día a día. Se conoce su mano dura, su dureza física y, además (y de esto saben mucho en el Tottenham) sus preocupaciones por la alimentación de los jugadores, la que considera vital para poder progresar. Evidentemente, eso chocaba frontalmente con las cervezas tradicionales de Inglaterra y un excesivo gusto por el alcohol, enemigo número uno para la teoría de Juande.

Por ello, siempre cuida con mucho detalle y de manera individualizada los alimentos de cada jugador. En Londres, sus hombres se rebelaron en este aspecto, considerando que eran demasiado desproporcionadas e incluso aseguraron que pasaban hambre. El técnico confió siempre en un endocrino especialista, guía absoluto en sus decisiones al respecto.


Un purista del 4-4-2

El técnico manchego logró alcanzar el éxito sevillista con un perfil táctico transparente, pues pocas veces alteraba su 4-4-2 básico. Uno de los pocos cambios que a veces introducía buscaba mayor llegada y un punta ‘standart’, fijo y de mucha corpulencia. Para ello, metía un hombre más en media cancha, dotándole de libertad a la hora de llegar a posiciones ofensivas y dejándole actuar por su cuenta.

En la portería, confió en Palop y casi desterró desde los inicios a sus suplentes (Notario o De Sanctis). En la línea defensiva siempre mantuvo un orden y salvo lesiones o contratiempos, no es muy dado a trastocar al menos a sus dos centrales, que gozan de gran continuidad. Los carrileros, siempre con bastante profundidad (también teniendo en cuenta las cualidades personales de cada uno), suelen tener mucha participación en el juego ofensivo. Dani Alves, el propio Sergio Ramos o Javi Navarro, eran nombres fijos.

Su mediocampo busca una mezcla de trabajo con desborde. Mientras los dos mediocentros son de corte defensivo y de mucho trabajo (Poulsen-Keita), sus bandas suelen tener mucho recorrido y protagonismo, por lo que la ausencia actual de extremos en la plantilla madridista, le puede hacer alterar sus intenciones. Para ganar en presencia ofensiva, apostaba en ciertos momentos por un jugador con llegada, libertad y capacidad de desgaste, siendo Renato su perfil ideal para dicha tarea.

Su pareja de atacantes estaba formada por entonces por Luis Fabiano-Kanouté. El brasileño aportaba el gol y la movilidad, aprovechando a las mil maravillas los recursos que le ofrecía el malí, mucho más físico, con una enorme capacidad para bajar y prolongar balones, así como para crear ocasiones de gol. Un dúo en el que se fundamentó el sueño sevillista que ahora quiere prolongar como madridista.

El resto de la plantilla siempre mezclaba juventud con experiencia, siendo todos jugadores de idéntico perfil al que suplían. Cada posición contaba con dos jugadores y, quizás al contrario que Schuster, sí dio opción de debutar en Primera a varios canteranos.

El equilibrio es su obsesión

La base táctica de Juande radica en el equilibrio. Para ello, busca jugar con las líneas muy juntas, obligando al rival con mucha presión y buscando sin matices la velocidad, siendo las contras generadas por ese trabajo, una de sus principales bazas. Intenta tener un ataque duro y correoso, así como un mediocampo de mucha capacidad de brega.

Ahora sólo falta que se adapte cuanto antes a las exigencias de un equipo como el Real Madrid y a una plantilla que conoce por nombres pero ignora en cuanto a actitud.