El equipo que entrenó el italiano en la temporada 2006-07 estaba a estas alturas de campaña a seis puntos de los azulgrana. Ahora la diferencia es de siete. El espíritu de Capello se vuelve a apoderar del Benrabéu.
En Barcelona suelen ser muy dados a vender la piel del oso antes de cazarlo. En ocasiones, incluso, antes de atisbar la pieza ya están vociferando y presumiendo del dinero que van a sacar por la cacería. Comportamientos, todos ellos, muy propios de equipos con claros signos de inferioridad y muchos comlejos. La historia no se puede cambiar y es elocuente. Sin embargo, el refranero español dice que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra. Tras cruzarse hace un par de temporadas la chinita de Capello, la amenaza se ha instalado en el Campo Nuevo porque la estadística les da motivos para ello ¿Serán Juande y su Madrid un nuevo muro de las lamentaciones azulgranas?
Nos situamos en la jornada número 24 de la temporada 2006-07. El Madrid de Capello, criticado, apalizado y acabado, según algunos, se encontraba con seis puntos menos que el intratable, insuperable e inaccesible Barcelona. Situación casi calcada a la de esta misma temporada. Al acabar la 24ª jornada, los de Juande se encuentran, únicamente, a siete puntos de los de Guardiola, con el choque entre ambos a disputar en el Bernabéu pendiente de jugarse.
Todo el mundo sabe cómo acabó aquella temporada con el entrenador italiano en el banquillo. En la Plaza de Cibeles celebrando un nuevo título de Liga. Mientras que Canaletas se secaba a más no poder apreciando el declive de Ronaldinho, Deco y compañía. Demasiados paralelismos. Normal que el cagómetro culé esté ya por las nubes.
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