A cuatro puntos del liderato

0 - 2: Victoria sufrida, pero justa, ante un batallador Espanyol. Entraron Guti y Marcelo y se rompió el partido. El propio Guti y Raúl marcaron los goles





 

Espanyol: Kameni; Sergio Sánchez, Jarque, Pareja, David García; Moisés (Lola, 84’), Román Martínez; Luis García, De la Peña, Nene; e Iván Alonso (Tamudo, 63).

Real Madrid: Casillas; Sergio Ramos, Pepe, Cannavaro, Heinze; Robben (Saviola, 75’), Lass, Sneijder (Guti, 58’), Higuaín (Marcelo, 58’); Huntelaar y Raúl.

Goles: 0-1 Guti (67’). 0-2 Raúl (72’).

Árbitro: Mejuto González (Comité Asturiano). Tarjetas amarillas para Pepe (5’), Sneijder (47’), Moisés (64’), David García (81’) y Raúl (88’).


Incidencias: Estadio Olímpico de Montjuic. Unas 35.000 personas.
 

 La clave del triunfo estuvo en Guti. Guti es uno de esos jugadores inclasificables. Uno de esos jugadores dotados con un excepcional talento, pero de un talento que rara vez se pone al servicio del equipo. Guti es capaz de tener actuaciones sobresalientes, pero también es capaz de completar partidos infames. Unas veces te entran ganas de subirlo a los altares, pero otras veces lo mandarías directamente el infierno, para que no saliera nunca de ahí. Guti es anárquico en su juego. Por eso da una de cal y otra de arena. Y en esta noche barcelonesa fue la de cal.

El duelo entre espanyolistas y madridistas estaba trabado desde antes incluso de que los jugadores salieran por la bocana de vestuarios. Los de Juande, espesos acaso por el esfuerzo físico (y mental) realizado el pasado miércoles ante el Liverpool en la Champions, no encontraban un resquicio. Salvo un zurdazo de Sneijder desde fuera del área (minuto 19), que detuvo sin grandes problemas Kameni, el bagaje ofensivo del Real Madrid era inexistente. Pero, justo a la hora de partido, Juande retiró a Sneijder y a Higuaín, y metió a Guti y a Marcelo.

Cambio de panorama

Con Guti, se empezó a abrir el partido, como cuando sale el sol tras la tormenta. Sus pases empezaron a crear agujeros en la defensa blanquiazul. Y una genialidad suya sirvió también para abrir el marcador. Fue una falta al borde del área, que el de Torrejón mandó a la escuadra. Kameni llegó a tocar, pero no pudo impedir que el balón se colara en su puerta.

También la entrada de Marcelo sirvió para darle simetría al Real Madrid y para ensanchar el campo. Fue precisamente el brasileño el que pasó a Raúl para que el capitán empalmara con la desde zurda desde la frontal del área y llegara el segundo tanto cuando el Espanyol todavía no se había repuesto del shock del primero. Un gol idéntico al que el capitán madridista consiguió la pasada jornada ante el Betis. Un gol que servía para apuntalar el triunfo y, de paso, para engrandecer los números impresionantes de Raúl.

Treinta puntos de treinta posibles. El madridismo sigue soñando con lo que hasta hace apenas dos semanas era un milagro y ahora es una realidad.