Esa gran relación entre ambas instituciones ha provocado numerosos intercambios de jugadores y, sobre todo, el José Zorilla siempre ha sido un lugar acogedor para infinidad de canteranos salidos de La Fábrica. En Pucela muchos de ellos hicieron carrera y otros dieron un salto cuantitativo para seguir creciendo profesionalmente. Además, la lista aumenta hasta los 28 jugadores debido a que, curiosamente, algunos jugadores llegaron al Real Madrid rebotados o tras triunfar en suelo castellano leonés.
Todo arrancó en 1948 cuando Rafael Yunta, jugador blanco, salió rumbo a Valladolid. El que fuera medio toledano inició una ruta que siguieron, entre otros, José Mariscal, Alfonso Navarro, Ragel Lesmes, Francisco Juanco, Miche o Morollón. El camino opuesta siguieron varios jugadores emblema de la historia madridista pues ases como Manolo Sanchís (padre), salieron de Pucela antes de brillar de blanco. El gran Fernando Hierro, eterno capitán en Chamartín, fue otro de los que aprovechó sus años de juvenil en Valladolid antes de ser el todo-campista y central más laureado de los 90 en la Liga.
Con menos camino recorrido pero suma importancia en momentos estelares del Real Madrid, están los casos de Amavisca, César Sánchez e Iván Campo, todos ellos ganando Ligas y Copas de Europa que jamás olvidarán. El caso más actual lo pone el argentino Heinze, que pese a haber llegado desde el Manchester United a Chamartín, tuvo en Pucela su primer equipo europeo.
La larga lista de canteranos blancos con minutos en el equipo vallisoletano la completan nombres como Tote, Tena, Julio César, Bizarri, David Aganzo, Fernando, Santiago Aragón. Además, este domingo cuatro de ellos aún se citarán ante el Madrid en el que fue su estadio: Víctor, Borja, Alberto Marcos y García Calvo.
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