La recta final de la temporada obliga a guardar fuerzas y el Barcelona pretende aprovechar su apretado calendario para sacar tajada de donde pueda. Su primer objetivo, el de adelantar la fecha del clásico, ya está en su mano porque tanto lloriqueo y declaraciones en la oscuridad han generado que el partido donde la Liga estará en juego se celebre un sábado que encaja a la perfección en los planes de Pep Guardiola. Otro ‘favorcillo’ (y van…) de nuestro querido ‘Villarato’.
El club azulgrana considera que jugar el domingo 3 y disponer de tres días más libres hasta el miércoles 6 que vuelve la competición europea, no son días suficientes. Por ello, y según publicaron algunos medios, el Barcelona incluso pidió formalmente al Real Madrid un cambio de fechas que rechazó de inmediato pero que, debido a la actuación de los dirigentes federativos, no le servirá para lograr su fin.
El rival culé, un Chelsea que sí disputará su partido liguero el sábado día 2, tenían todo perfectamente estudiado y solucionado desde hacía semanas. En España, donde las cableras y canales televisivos llevan la batuta de los derechos deportivos, siguen apareciendo este tipo de problemas en los que, de nuevo, el único que sale perjudicado es el espectador.
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