El Mundo Deportivo, por ejemplo, exalta la frase de Raúl en la que expresó lo que piensa todo el continente europeo: “A Messi es normal que le den más patadas porque siempre quiere desequilibrar en el uno contra uno”. Obvia, por ejemplo que no lo diga de Puyol, que no regatea ni a una farola, pero si lo intentase seguro que cualquier jugador de Primera División intentaría quitársela. Es su obligación y le pagan por ello.

En otro pasaje de sus página, escribe esto refiriéndose al encuentro de ida jugado en el Campo Nuevo: “Impedir como fuera que el balón le corriera al Barça. Eso, en el terreno práctico, se tradujo en una caza al hombre personificada esencialmente en la figura de Messi…El riesgo que corrió Juande Ramos lo minimizó con una idea luminosa para sus intereses: hacer un reparto equitativo de faltas”.

Y presiona a Undiano Malleco diciendo: “Bien haría en estar especialmente atento al juego subterráneo, aunque sea fiel a esa moda que dice que el buen árbitro es el que deja jugar. Porque una cosa es dejar jugar y otra que no te dejen a base de faltitas, faltas y faltazas”.

Vamos, que a los periodistas de este periódico solo les falta poner una pistola en la mano de Udiano Mallenco para que pite a favor del Barça o se pegue un tiro en la sien. Y si no lean la obsesión que tienen y su desemsurado 'madridismo' y que hacen en su edición de hoy: "El árbitro debe impedir la 'caza' de jugadores como Iniesta y Messi. Que nadie olvide que reaparece Heinze, un defensa que abusa de la dureza de su juego..."

El cagómetro disparado

Pero si el Mundo Deportivo demuestra que se le ha disparado el cagómetro y huele hasta el Sebastopol, lo del Sport huele miles de kilómetros más lejos. El periódico oficial del Barcelona se pasa trece pueblos pidiendo la expulsión de varios jugadores del Madrid a 24 horas del inicio del encuentro.

Su punta de lanza lo titula: “Los blancos darán tanta leña como se les permita”. Pi dice, entre otras lindeces. “De unos años a esta parte, el Madrid ha adoptado la mala costumbre de no saber ganar ni tampoco perder”. Para asentar su valiente aseveración achaca al Real Madrid, al club de Chamartín, los símiles que han creado algunos medios de comunicación como ‘el villarato’, ‘el cagómetro’, ‘el canguelo’ y que en todos los casos han versado en bases sólidas por esas vergonzantes ayudas arbitrales que tiene su equipo.

Vuelven a llorar al son marcado por Pep Guardiola recurriendo al encuentro de ida en el Campo Nuevo: “...Ese día a Messi lo cosieron a patadas. Y no sólo su marcador. Hasta siete jugadores distintos cazaron a Leo, en una infame persecución agravada por la indolente actitud de Medina Cantalejo. Dicho dato concordaría más con las necesidades de un equipo pequeño. Pero no, se trata del Real Madrid y significa que seguirán repartiendo palos hasta el final. Siempre y cuando se permita. Eso es exactamente lo que no debe hacer Undiano Mallenco. Está bien informado, es un buen árbitro y debe impedir la caza de Messi, del talento, tenga el color que tenga”.

Más adelante, titulan: “Ganan a golpe de patadas”. Achaca la táctica a la llegada de Juande al banquillo: “Tenía muy claro que al barça sólo se le podía frenar ‘a palos’ y sus intenciones quedaron muy claras…La agresividad mostrada en el Camp Nou por los jugadores del Real Madrid no fue la excepción para afrontar un partido de tanta trascendencia, sino que se convirtió en santo y seña del equipo de Juande Ramos, especialmente en los compromisos ante los rivales más importantes”.

Confunden pelea con juego sucio; esfuerzo con patadas pero obvian que el Barcelona es el equipo que menos faltan le pitan cuando presiona en el centro del campo para recuperar la pelota. Y lo obvian porque saben que ahí los árbitros hacen la vista gorda y pasan por alto las faltas reiteradas de los jugadores de Guardiola lo que hace que luego las estadísticas siempre la favorezcan. A esto se suman las que les pitan y no son, que vienen a ser más de la mitad por esa bonita escuela promocionada por Guardiola de ‘tírate’ antes de que te toquen y protesta para presionar al árbitro. Y no hay árbitro que se resista porque si no luego llega Arminio y Villar y o les quitan la internacionalidad o les bajan a Segunda. Esa es la verdad de la historia.