Se cumplen siete años de la 'Novena'

Y del maravilloso gol de Zidane





Tal día como este pero del año 2002, el Real Madrid afrontaba su tercera final de la máxima competición europea de los últimos cinco años. De blanco esa noche, Del Bosque alineó a César en la portería, en la zaga formó la que fue su defensa ideal ese año con Salgado, Hierro, Helguera y Roberto Carlos, mientras que la medular fue responsabilidad de Makelele, Solari, Figo y Zidane, con Raúl y Morientes en la delantera. Y enfrente, el Bayer Leverkusen, una de las sorpresas del torneo merced al gran momento de forma de algunos de sus jugadores como Lucio, Placente, Ballack, Berbatov o Neuville, que posteriormente triunfaron en otros clubes de renombre en Europa.

El partido se puso muy pronto de cara con un gol de Raúl de esos 'de pillo'. Roberto Carlos se disponía a poner el balón en juego en un saque de banda aparentemente inofensivo, pero el '7' merengue se desmarcó muy bien por detrás de la defensa germana aprovechando que no existía fuera de juego, y batió a Butt con un remate cruzado que se convirtió en el primer tanto de la noche. Corría el minuto ocho de partido y el Madrid pronto se ponía por delante, sin embargo el Bayer Leverkusen respondió pronto, tan sólo seis minutos más tarde gracias a un cabezazo de Lucio.

ZIDANE Y CASILLAS SE ERIGIERON EN PROTAGONISTAS POR MÉRITOS PROPIOS

A partir de ese momento, el partido se tornó gris a pesar del vibrante comienzo, y sólo Zidane le dio brillo al encuentro con un gol que pasó a los anales de la historia al borde del descanso. Roberto Carlos 'centró' una pelota en la banda izquierda con un pelotazo al área. El balón bajaba con nieve de las nubes, pero el francés lo amortiguó a la perfección con su pierna izquierda en un ángulo de noventa grados sobre el suelo. El chut, preciso y precioso, entró por la escuadra izquierda de la meta alemana, firmando uno de los goles más bellos nunca vistos.


La segunda parte siguió el gris guión marcado en la primera parte, pero con un Bayer Leverkusen algo más incisivo. César tuvo que ser sustituido en el minuto 67 lesionado por un joven Iker Casillas que hizo las delicias de los aficionados madridistas con varias paradas de mérito bajo los palos en los minutos finales. El meta junto al mítico '5' merengue llevaron esa noche al Madrid a lo más alto del panorama europeo con el tercer título en cinco años, y el noveno en toda su historia. ¿Ustedes recuerdan esa noche?