Y es que el Osasuna se está jugando la permanencia en un partido a todo o nada. De perder, el conjunto navarro descendería automáticamente, y sólo en caso de ganar tendría asegurada la permanencia. Por eso, la afición se ha lanzado a las taquillas a pesar de los precios elevados que van de los 70 a los 90 euros. El martes, primer día de la venta en taquillas, se registraron colas y se vendieron las 1.500 entradas que se pusieron a la venta. Y ayer se agotaron otros 900 boletos más, con lo que el lleno parece asegurado.
Desde el entorno del club se ha querido alentar a la afición para que acuda a animar al equipo el domingo a las 19:00 en esta situación tan difícil, y el último en pronunciars epúblicamente fue ayer Puñal en el partido homenaje a Cruchaga. "El público sabe lo que tiene que hacer. Va a estar entregado con nosotros y seguro que al Madrid no le va a aplaudir, pero sabrá ser respetuoso y animarnos a nosotros a tope", confesaba el jugador rojillo.
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