Y es que el Bayern de Munich le ha visto las orejas al lobo. En un primer momento pensó que podría capear el temporal dilatando en el tiempo la posible salida de Ribéry. Sin embargo, el Real Madrid no se ha dado por vencido en ningún momento y, en sigilo, que es como mejor se llevan este tipo de operaciones, sigue presionando para vestir a Ribéry la blanca merengue.
La insistencia del Real Madrid en Ribéry llevó al Bayern a declararlo intransferible en un primer momento y, posteriormente, a tasarlo en 100 millones de euros, cantidad superior a la pagada tanto por Kaká como por Cristiano Ronaldo.
El trabajo en la sombra de Zidane, alabando siempre que ha podido a su compatriota, ha supuesto un desgaste para el Bayern que no ha tenido más remedio que ofrecerle la renovación de su contrato a Ribéry. Éste, sin embargo, ha pasado del ofrecimiento bávaro, y se ha negado en rotundo a aceptar cualquier tipo de negociación para continuar en el equipo bávaro. Un síntoma muy claro de que Ribéry tiene el pensamiento y el deseo de jugar en el Real Madrid a la mayor brevedad posible.
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