Velázquez: "En Canadá nos siguen pese a su poca afición"

"Me enfrenté a Beckenbauer, que jugaba en el New York Cosmos. Le saludé porque le admiraba profundamente y estuvimos hablando un rato”





Tras doce años como jugador madridista, Velázquez abandonó la entidad blanca en el verano de 1977, con 34 años, para recalar en los Toronto Metros Croatia: “Se llamaba así porque el propietario era croata. El equipo estaba formado sobre todo de sudamericanos y croatas, ¡claro!”. Fue gracias a un antiguo entrenador como se lanzó a esta nueva etapa: “Yo tenía dos ofertas de equipos españoles cuyas aspiraciones eran no descender. Entonces, Milan Miljanic, que fue mi entrenador durante tres años, me recomendó a un amigo suyo, Míster Herak. Vino a verme y me ofreció irme a Toronto”.

Acogido por una familia canadiense

Velázquez, con 15 años de carrera profesional a sus espaldas, ya sabía lo que era el fútbol, pero no tanto lo que le supondría el soccer: “Me desesperaba un poco. Los futbolistas despertábamos curiosidad, pero al estadio sólo se acercaban unos cuantos. Allí es muy distinto. Te encontrabas con jugadores de tu misma edad. Aquellos equipos eran el ocaso de futbolistas ingleses y alemanes, sobre todo. Su asilo era Norteamérica, el lugar donde conseguían sus últimos ingresos”. Así que una vez aterrizado en Canadá lo más complicado fue adaptarse al estilo de vida: “Me informé de todo, incluso le pedí consejo a Juan Santisteban, que había jugado en la liga norteamericana. Me fui con Salcedo, del Atlético. Pero él se cansó pronto y se volvió. Dejé a mi mujer y a mis cuatro hijos en España. Una vez allí tenía que estudiar inglés. Iba a clase todos los días. Era gratis y todo. Mi primer mes y medio estuve en un hotel, pero el resto de los seis meses que estuve me fui con una familia que tenía dos hijos y que me miraban raro porque jugaba al fútbol”.

Su puesta a punto no se haría esperar y su estreno se produjo contra el Washington, aunque la North American Soccer League le deparaba otras sorpresas: “Recuerdo que [el debut] se dio bien. De aquellos partidos me acuerdo de uno de manera especial. Me enfrenté a Beckenbauer, que jugaba en el New York Cosmos. Le saludé porque le admiraba profundamente y estuvimos hablando un rato”.

Una lesión lo retiró

Tras reconocer que en su estancia allí ganó “algún dinerillo” una grave lesión le hizo concluir este periplo antes de tiempo: “Un portero salió a destiempo, me dio un plantillazo muy arriba y se llevó la articulación de la rodilla. No fue una entrada violenta, pero me rompí todo. No pude acabar la Liga”. Con su regreso a España tras la intervención médica se produjo su retirada definitiva, dando por concluida su aventura americana con algunas cosas pendientes. “Siempre quise conocer Vancouver. Tenía especial ilusión, pero nunca hubo nadie que me llevara y los partidos nos quitaban tiempo”.


Hoy, 32 años después, una delegación madridista vuelve a jugar en Toronto. La expectación está asegurada. “Allí somos muy conocidos, pese a la escasa afición que hay. Será un partido interesante de ver