Ribery, última oportunidad





La salida de Arjen Robben abrió las puertas a la llegada a Ribery. Las especulaciones son muchas, pero el traspaso del holandés al equipo muniqués ha normalizado las relaciones entre clubes, después de que los dirigentes alemanes cargasen contra el club blanco ante su interés por fichar al delantero francés.

La opción que ahora se maneja es el posible traspaso de Van der Vaart al Bayern de Munich más una cantidad cercana a los 40 millones de euros. Si a esto se resta el traspaso de Robben, al Real Madrid le costaría la operación 15 millones de euros más Robben y Van der Vaart. Sin embargo, la última palabra la tiene el Bayern de Munich y, en especial su entrenador Louis Van Gaal.

La holandización del Bayern

En Alemania recelaban de la ‘holandización’ del equipo, aunque la actuación de Robben del pasado sábado dejó un regusto en el paladar de los alemanes que ha podido hacerles cambiar de opinión. Además, el Bayern ha hecho una fuerte inversión este verano para reforzar el equipo, al pagar también 30 millones por el delantero Mario Gómez.

Además, las últimas declaraciones de lealtad hechas por Ribery han devuelto la concordia al club alemán, por lo que con la situación normalizada igual los dirigentes muniqueses empiezan a valorar el traspaso como una operación de equilibrio institucional, a sabiendas que dentro de 12 meses el Real Madrid volverá a la carga como hizo con Cristiano Ronaldo, pero en esta ocasión la salida del francés sería por menos dinero al quedarle sólo un año de contrato y quedar libre para jugar donde quiera en la campaña 11-12.


Pero Ribery no es el único objetivo blanco, que no se olvida del centrocampista del Valencia Silva. El canario ya ha dejado claro en su entorno que estaría encantado de recalar en el club blanco, aunque su club es reacio a traspasar al excelente futbolista y menos al Real Madrid. La última opción es la de Cazorla, aunque su fichaje se interpreta más como un gesto para calmar el enfado de la afición por el traspaso de Robben, que por la necesidad de sumar a un futbolista que no marca las diferencias como lo hacen Ribery o Silva. El madridismo cree que Cazorla está bien donde está.