"En lo deportivo yo soy el máximo responsable"

El entrenador chileno se muestra ilusionado con el proyecto, aclara la polémica por los recientes traspasos y nos explica su filosofía del fútbol





El recién estrenado técnico madridista se siente orgulloso de haber recalado en uno de los clubs más grandes del mundo: “Que pagaran por mí no me enorgullece más o menos. El orgullo es ser entrenador del Real Madrid. El Madrid hizo una fuerte apuesta por mí que yo agradezco. Y además, me alegra que el Villarreal haya recuperado la inversión que hizo al contratarme”; y aunque se especula con que lo que le hizo moverse de Villarreal fue una oferta mareante desde Madrid: “No, yo vine al Madrid porque era una propuesta que no podía dejar ir. Florentino habló con Roig y hubo acuerdo”, reconoce que su principal interés fue el ambicioso proyecto deportivo: “Yo desestimé otras ofertas de clubes grandes por venir porque este proyecto tiene un plus de atractivo profesional”, si bien su clasificación en Liga con el equipo castellonense no cree que fuera condicienante para que estuvieran descontentos con su labor: “No, no es cierto. Pude firmar la renovación de contrato allí un mes antes. Era muy difícil que el Villarreal pudiera llegar a cuartos de Champions y volver a clasificarse directamente por puesto en la Liga. Una cosa o la otra. Ser quintos fue una buena clasificación”.

Ahora, a sus 55 años, que le convierten en el entrenador más “experto” de Primera División, “Me sorprende el dato, creía que había alguno mayor que yo. Ah, ya caigo, era Chaparro el del Betis. Bueno, si ser el mayor significa tener más vivencias y bagaje profesional es un honor. Llevo muchos años entrenando en Argentina, Chile, Ecuador y ahora España”, espera que su veteranía, que no su severidad, le ayude a llevar la presión: “En el Madrid tengo la presión que yo me pongo, por pura exigencia personal”, y el siempre tan complejo vestuario madridista: “El respeto se gana con las ideas y la manera de ejercerlas y ante el grupo. Yo no miro la edad, la raza ni la procedencia de los futbolistas. Cuando empecé con 34 años creo que me respetaban igual los jugadores”.

 

"El Madrid no soy yo. Yo doy mis opiniones y el club toma las decisiones"

Respecto a la política de fichajes de Florentino lo tiene claro: “El Madrid no ficha como el Villarreal, el Sevilla o el Valencia. Aquí se debe conjugar todo: dinero, ideas, marketing, aspecto deportivo, impacto social. Cada club tiene su realidad económica y social y tienes que adaptar los fichajes que haces. Si yo dijese en Villarreal que quería a Kaká ni se hubiese planteado, es lógico”, a la vez que reconoce el papel que él mismo ha jugado en este espectacular proyecto: “Es evidente que el Real Madrid no soy yo. Yo doy mi opinión y el club tiene todo perfectamente jerarquizado para tomar las decisiones adecuadas. Aquí el presidente, el director general, el director deportivo y el entrenador están en su sitio. Cada cual sabe qué parcelas son propias”, concluye.


El técnico chileno es consciente de que todo lo que sucede en el apartado de fichajes del Real Madrid tiene una mayor transcendencia, todos quieren venir y, para ello, hay que dejar sitio en la plantilla. La reciente polémica con la “desholandización” es un buen ejemplo: “En los dos casos [Robben y Van der Vaart] hubo intereses que deben asumirse”, si bien el caso Robben fue especialmente traumático: “Había que mirar la parte económica y la deportiva. Es cierto que Robben nos daba una variante diferente en la rotación, pero el jugador también escuchó ofertas y tomó una decisión, con el beneplácito del club. Además, si Robben llega a decir ‘yo no me voy’, seguro que se hubiera quedado”, y zanja el asunto con su habitual sinceridad: “Es cierto que a mí me habría gustado que se hubieran quedado Robben y Sneijder, pero tan cierto como que al principio de la pretemporada les dije que existía una clara posibilidad de que se fueran transferidos a otro club y que yo no quería condicionar su futuro”.

 

"Es admirable la pasión por el fútbol de Raúl"

En cuanto a su labor en el vestuario reconoce sentirse muy satisfecho, demientiendo de paso los rumores de intromisión en su labor: “Nunca me he dejado de sentir el jefe del vestuario. En lo deportivo soy el máximo responsable y no admito interferencia. El que crea que yo admito injerencias y que manejen las decisiones de mi responsabilidad es que no me conoce”; y aunque sabe que tendrá que lidiar con el sempiterno debate Raúl: “Raúl vive en persona lo que antes les expliqué del Madrid: habrá un cincuenta por ciento a favor y otro tanto en contra. Si le pongo de titular se dice que Raúl manda y se pone en las alineaciones, como si yo me bajara los pantalones. Si no le pongo, aseguran que me lo quiero cargar y que he aceptado presiones de más arriba en el club. Quien piensa así no me conoce. Hago lo que creo con un criterio futbolístico. Si juega como si no. Es uno más”; reconoce lo que es evidente: “He hablado mucho con él este verano y es admirable su pasión por el fútbol. […] Cuando le toca jugar responde y cuando se queda en el banquillo actúa dentro del plantel como uno más. La motivación que tiene Raúl para él mismo cada día es un ejemplo para sus compañeros y para cualquiera que quiera ser futbolista”; y finaliza: “Lo de Raúl es una manera de sentir el fútbol”.

 

"Pido por obligación jugar con perfil ofensivo"

Pasando al plano táctico, el entrenador aclara las críticas sobre el “estrechamiento” de espacios en ataque y el desequilibrio que se pudo ver sobre el campo frente al Deportivo de la Coruña y su idea de jugar con cuatro delanteros, ante lo que corrige: “No son cuatro arriba, quiero que sean seis o siete. Pido por obligación jugar con perfil ofensivo. Es una orden que impongo al equipo. Y si lo del desequilibrio me lo achacan por encajar dos goles, yo me pregunto: ¿cuántas ocasiones tuvo el Depor aparte de los goles? Sólo la de Valerón. Entonces, lo del desequilibrio no es cierto. Otra cosa es que al retomar las posiciones nos ganaran alguna vez en el centro del campo. Pero hubo mucho orden, gracias a Xabi Alonso y Lass, y una vocación de ataque tremenda. Así me gusta a mí”, desmintiendo el rumor de que no tiende a utilizar las bandas: “Yo pido a mis jugadores ocupar las bandas: los volantes o los laterales. Si me habla de colocar a un jugador pegado a la cal, esperando a hacer unos contra uno, eso no lo quiero. […] No quiero ver a Cristiano los noventa minutos driblando al mismo lateral. Prefiero que tenga mucha movilidad. Nosotros no tenemos extremos puros ni es buenos tenerlos”.

Con todo, se muestra feliz con sus primeros pasos como madridista: “Nos gusta porque hay alternancia en los puestos, porque vamos a por el rival, porque jugamos muy adelantados, porque buscamos la pelota y tocamos bien, porque tenemos vocación de ataque. Éste es el camino y todo el público está disfrutando con este Madrid en cada partido”; y, exhibiendo su habitual mesura, evita comparaciones, con el Barça, claro: “No me gusta compararlo. Lo importante es que tenemos plantilla para disputarles todo. El año pasado ellos jugaron muy bien y les aplaudimos todos, pero no les vale de nada. Ahora deben repetirlo y ahí está su dificultad. Madrid y Barça partimos del mismo punto. Ellos no tienen ninguna ventaja de salida sobre nosotros”.

Por último, valora el reto de la próxima Champions League, en la que la final en el Bernabéu ejercerá, sin duda, una presión extra sobre el equipo blanco. Con el Milan como primer escollo, así ve el míster este recorrido, aún lejano: “Ahora [el Milan] parece estar bajo y lo mismo dentro de un mes se salen. Tienen gente con mucha experiencia y con talento... Lo importante será clasificarse. Pero no olviden que este trimestre es el de la Liga. Ahí no podemos perder ni un punto”.