"Existió la posibilidad de sumar a Diarra, del Real Madrid, pero Leonardo ha dicho que en el centro del campo estábamos completos y que no necesitábamos a nadie más", explicó Galliani, el hombre que llevó por el Milan tanto el traspaso de Kaká al Real Madrid por 65 millones de euros como el de Huntelaar al conjunto presidido por Berlusconi por alrededor de 16 millones de euros.
EL MILAN, UN EQUIPO A LA DERIVA
No corren buenos tiempos por el equipo de la capital lombarda. Tras la humillante derrota ante el Inter por 0-4, jugadores, entrenador y directivos están más cuestionados que nunca. No han llegado los refuerzos que se esperaban, y la afición ya ha perdido la paciencia con su más ilustre jugador, Ronaldinho, que no da pie con bola desde que abandonara el verano pasado las filas del Barcelona.
Afornadamente para el jugador y los aficionados madridistas, Diarrá se queda en un equipo que seguramente va a necesitar a lo largo de la temporada la jerarquía y el orden que impone el de Mali en el centro del campo. Han sido nueve meses en el dique seco, pero el ex jugador del Lyon ha vuelto con más fuerza que nunca para que el Madrid consiga sus objetivos la próxima temporada
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