El Espanyol está haciendo un gran esfuerzo en los últimos días para que el césped del nuevo estadio de Cornellà-El Prat esté en perfectas condiciones para el segundo partido de Liga ante el Real Madrid, que se disputa este sábado a las 20 horas. El estado del terreno de juego ha sido una de las grandes preocupaciones durante los últimos meses. Los ensayos previos a la jornada inaugural dejaron el verde en mal estado. El entrenador blanquiazul, Mauricio Pochettino, en la previa al partido, avisó que el césped no estaba en las mejores condiciones posibles.
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A pesar de los cuidados realizados, las altas temperaturas de estos últimos días -el terreno de juego ha tenido que soportar temperaturas de hasta 45 grados centígrados- han perjudicado el enraizamiento del césped. "Ojalá que baje el calor", señaló el director general ejecutivo de la entidad, Pedro Tomás. Estas temperaturas han favorecido la aparición de un hongo, que ha sido el principal responsable de los daños causados al césped. El Espanyol ha diseñado un plan de choque para conseguir que el sábado los jugadores no tengan ningún problema.
Las incesantes lluvias del pasado invierno obligaron a que se plantara el césped un poco más tarde de lo previsto. Cuando llegó la inauguración, el problema se agravó, pues durante tres días unas 350 personas estuvieron pisando el césped en los ensayos y la posterior ceremonia. Durante el fin de semana, se han colocado numerosos ventiladores en el estadio y se ha creado una iluminación artificial para intentar recuperar el césped. Además, se han duplicado los kilos de abono, de arena y de semillas. El objetivo es que esté listo para el sábado.
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