Zúrich, un ‘novato’ con calidad de vida

Así es el rival de Champions





No son los más simpáticos del mundo, nadie los cataloga de acogedores y, desde luego, continentalmente están lejos de ser un país que despierte emociones, pues su rechazo a unirse a la Unión Europea les deja semi-aislados por voluntad propia. Sin embargo, aquellos que saben de urbanismo y que estudian los planteamientos del futuro ciudadano de a pie, no paran de elogiar a Zúrich como una de las ciudades modelo de la humanidad. El motor financiero del país figura desde hace años en cabeza de todas las clasificaciones internacionales de ciudades con la mejor calidad de vida (líder 7 de los últimos 10 años) y una envidia para el resto de ‘terrestres’. Uno de ellos, Nicolas Hayek, presidente del grupo Swatch, llegó a decir que “estaba convencido de que representa la mejor de todas las alternativas posibles para lograr que se abrieran para Europa radiantes perspectivas de futuro”.

Entre tantas alabanzas y elogios a su calidad de vida, cualquier europeo no tardaría en ‘sacar punta’ quejándose de su escaso patrimonio histórico o su nula fascinación cultural. Un español de pura cepa puede vivir rodeado de ventajas, de facilidades y de tranquilidad pero necesita el fútbol, algo que hace demasiado tiempo que también quedó aislado en el país de los grandes deseos. Y es que el deporte rey en Suiza no sólo vive a la sombra de otros, sino que nunca ha logrado levantar trofeo internacional alguno. Una ‘merma’ demasiado importante para catalogar a Zúrich como ciudad de grandes lujos desde la perspectiva fanática de un corazón futbolero aunque destacable si, como en contadas ocasiones, un ‘gigante’ llamado Real Madrid, se deja caer por tierras alpinas.

El equipo blanco debuta en esta Champions ante el equipo más flojo del grupo (lo completan Olympique de Marsella y Milan), en el coqueto pero absolutamente volcado Letzigrund (apenas 25.000 espectadores) y contra un ‘novato’ cuya meta es, sencillamente, dejarse notar e intentar que dos horas después del inicio no se les conozca como el equipo que fue escandalosamente goleado en aquella noche europea. Decía Bernard Challandes, entrenador del campeón suizo, que el fútbol es algo “irracional, ilógico y poco matemático”, características que dan sentido a su lectura de un choque que se ha convertido desde antes del inicio en el más importante de su historia. Una noche que llevan varios años buscando y que en las dos últimas campañas se quedó a sólo un partido de cumplirse pues cayeron en la fase previa.

Challandes impulsa un estilo aseado, de balón al suelo y mucha velocidad


Siempre teniendo en cuenta el nivel más asequible y de menor peso que representa hoy en día en el entorno global su fútbol, el Zúrich simboliza el buen hacer de un proyecto basado en el trabajo, la actitud de una directiva reputada y la captación de jóvenes por los que apostar. Dentro de un modelo de fútbol vistoso, sin el aporte extra de presión que soportan los más grandes y siempre desde la humildad de quien confía en sus pocas cualidades, el Zuri (nombre que recibe en Suiza). Hace tres campañas ese trabajo silencioso desde la precariedad, encontró éxito con un título liguero que rompía una sequía de 25 años (ganó en el descuento, con un tanto que además les dio el trofeo gracias a la diferencia de goles sobre el Basilea) y que les colocó en Europa varias décadas después. En la ya extinta Copa de la UEFA, a la que se veían abocados tras caer en las fases previas de la Champions, se dejaron notar ocasionalmente pero nunca con grandes titulares.

Iconos del fútbol helvéticos como Chapuisat, el ex seleccionador Jakob Kuhn o el actual mediocentro Gohkan Inler, han paseado por Zúrich no hace demasiado pero ahora, siempre en un escalón menor (como pudo verse por el potencial exhibido el pasado año por el Basilea), las riendas del equipo de moda en el país las llevan sus hombres de ataque. El técnico, Bernard Challandes, impulsa un estilo aseado, de balón al suelo y mucha velocidad en tres cuartos de campo, justo donde entran en juego sus mejores jugadores y sobre los que sustenta el proyecto. Ante los blancos, evidentemente, estas premias serán estériles pues deberá aprovechar las contras y los impulsos del inicio del partido como mejor opción para mantenerse en pie. Ese cambio de mentalidad merma sus bases pero la motivación es máxima y la confianza ha crecido tras imponerse al Grasshoppers en el derby de la ciudad el pasado sábado (4-3).

Hassli es su hombre gol

Su hombre gol es el francés Eric Hassli, un punta corpulento con buenos números anuales y cuya potente pegada es su mejor arma. Junto a él suele situarse su compatriota aunque internacional con Guadalupe, Alphonse, con más movilidad. Los llegadores son el ex ‘rojillo’ Margairaz (imprescindible en la estrategia), Djuric y el gran asistente Almen Abdi, que siempre generan ocasiones y goles a lo largo de la campaña. Su jugador más atractivo y prometedor es el tantas veces escuchado Johan Vonlanthen, que pese a tener ya 23 años y de haber frenado su progresión, representa el futuro del país con su verticalidad y buen disparo desde media distancia. Como apunte personal os pido atención para el joven peruano Andés Vasquez, que tras triunfar en Suecia y nacionalizarse escandinavo, pasó a Suiza con obras maestras como la de este video.

Una muestra que refleja que, en el fútbol modesto, también existe lugar para la magia y la expectación, aquella que despierta el Real Madrid por la ‘tierra prometida’.