Engañosa goleada

Al descanso, el Madrid ya ganaba 0-3. Cristiano marcó dos imponentes goles de falta y Guti firmó una obra de arte. El FC.Zúrich achuchó demasiado en veinte minutos de siesta blanca en la segunda parte





Como sucediera ya el sábado pasado en la Ciudad Condal, el encuentro empezó con sorpresa antes del pitido inicial, y es que Pellegrini se guardó algún truco bajo la manga para la alineación. Drenthe cogió el sitio de Marcelo, un recuperado Albiol no dio oportunidad a Metzelder, y Benzema tuvo que esperar su oportunidad desde el banquillo porque Higuaín fue el delantero de la partida. Sin embargo, a pesar de estas novedades, no se puede decir que el técnico merengue estuviese experimentando con gaseosa, pues sobre el verde figuraban nada menos que Xabi, Lass, Raúl, Kaká y Ronaldo.

Con este repóker de jugadores sobre el césped, la táctica que planteó Challandes fue clara: aguantar atrás y plantear un encuentro muy físico, por no decir sucio. Algo que le funcionó bastante bien al Zúrich durante los primeros veinte minutos, hasta que un motivado Cristiano echó abajo esa fortaleza de paja. Como hacen los padres con los hijos, primero avisó y luego atizó. Una primera falta desde cinco metros más allá de la esquina derecha del área fue a parar al tragaluz, pero la segunda -dos minutos más tarde- terminó en el fondo de las mallas. El luso pegó muy fuerte a la bola, que hizo esa ‘folha seca’ tan característica. El meta suizo, casi sin tiempo de reacción, sólo pudo peinar el esférico con los guantes.

RONALDO DESMONTÓ LA DEFENSA SUIZA CON EL PRIMER GOL

El gol descolocó a los suizos, que quizá creían que podían aguantar más, pero que a los treinta minutos sí que daban síntomas de ser como la Pitusa, que terminaba perdiendo el gas. Así, apenas seis minutos más tarde del primero, lo que era un inofensivo centro en la medular terminó por convertirse en el segundo. Ronaldo impulsó el balón al hueco con la cabeza, Higuaín lo recogió ya dentro del área y en semifallo se lo dejó a Raúl en bandeja, que volvió a reivindicarse (una vez más) como el más listo de la clase, y de paso, como el mejor goleador de la Champions. Era el minuto treinta y seis del encuentro, y parecía que no quedaba más pescado por vender ya, ni el de Vonlanthen ni el de Margairaz ni ninguno.


 

El FC.Zúrich se entregó entonces cual equipo alevín, y se limitó a correr detrás de los jugadores merengues, que con ese “anárquico” ataque tocaban y tocaban hasta que veían el hueco. Kaká lo encontró a pase de Xabi y estuvo a punto de marcar, pero cuando ya señalaba al cielo, Stahel mandó el tiro a córner. Tuvo que ser Higuaín –infinitamente más activo y más efectivo que en Cornellá-, el que marcara tras un autopase en el balcón del área al filo del descanso. El argentino se deshizo fácilmente de su marcador y cruzó muy bien el balón, certificando el primer gol de su vida en esta competición, y culminando los mejores minutos del partido, que recordaban en parte a los vividos ante el Espanyol.

EL 0-3 AL DESCANSO PARECÍA DEFINITIVO

-          LA FICHA:

2 - FC.Zúrich: Leoni; Stahel (Gajic 88), Tihinen, Rochat, Koch; Aegerter, Okonkwo (Abdi 64), Margairaz; Volanthen, Alphonse y Hassli (Djuric 45).

5 - Real Madrid: Casillas; Arbeloa, Pepe, Albiol, Drenthe; Xabi Alonso (Gago 58), Lass; Ronaldo, Kaká, Raúl, Higuaín (Guti 66).

Goles: 0-1, Ronaldo (26); 0-2, Raúl (33); 0-3, Higuaín (45); 1-3, Margairaz (62); 2-3, Aegerter (64); 2-4, Ronaldo (88); 2-5, Guti (91).

Árbitro: Martin Atkinson (ING). Mostró tarjeta amarilla a Kaká (15), Drenthe (23), Stahel (23), Okonkwo (49), Casillas (62), Gago (68), Guti (73), Lass (81)

Incidencias: encuentro correspondiente a la primera jornada del Grupo C, disputado en el estadio Letzigrund ante la presencia de 30.000 espectadores, 5.000 de ellos españoles

La euforia del gol y la sensatez invitaban a pensar que el partido sería ya un paseo, pero nada más lejos de la realidad, pues el aire de los vestuarios le sentó de forma radicalmente distinta a ambos equipos. Los suizos se quitaron los complejos, y el Madrid perdió la concentración con la lesión de Xabi Alonso a los pocos minutos de la reanudación. El donostiarra se dañó en el tobillo derecho en una entrada a ras de césped y tuvo que dejar su lugar a Gago por precaución. Sin el centrocampista en el campo, los visitantes dudaron, los locales se crecieron, y empezaron a cercar la portería merengue ante una defensa muy descolocada después de 55 minutos de siesta. Casillas ya tuvo que parar un disparo de Koch casi a bocajarro antes de la internada que terminó en el penalti del primer gol. Habían pasado apenas cuatro minutos desde que el tolosarra abandonó el rectángulo de juego. Iker salió a interceptar un pase en profundidad en el que Pepe y Arbeloa tiraron mal el fuera de juego, y el nefasto colegiado vio un derribo donde sólo hubo un piscinazo. Margairaz marcó una pena máxima que nunca debió ser señalada, al igual que muchas de las seis tarjetas amarillas con las que el conjunto merengue fue acribillado.

El penalti lanzó definitivamente al Zúrich, que, sorpresivamente, pilló al Madrid en ropa interior a la jugada siguiente, aún recapacitando sobre el gol encajado. Un córner lanzado al primer palo y defendido en zona con muy poca intensidad fue el germen del segundo tanto local. Aegerter se adelantó a Cristiano y Casillas fue incapaz de reaccionar a tiempo. Habían pasado veinte minutos de la segunda parte, y la pájara del Madrid le había dejado con una renta mínima con un cuarto del partido aún por delante.

Afortunadamente, Pellegrini anduvo muy listo y muy rápido sacando al campo a Guti por Higuaín dos minutos después del gol para controlar la posesión del balón. El Madrid entonces se enfundó de nuevo el mono de trabajo que había dejado en la percha de la taquilla, templó los nervios, empezó a poner algo de pausa al encuentro, alargaba los ataques desde la medular, mantuvo el balón lejos de su área, y consiguió así disipar un ímpetu helvético que quizá nunca debió aflorar si se hubiera mantenido la intensidad desde la reanudación. Raúl no supo culminar un bonito contragolpe ya en el ochenta, pero en una falta desde 30 metros, un inspiradísimo Ronaldo llevó la tranquilidad al madridismo y al electrónico con una nueva ‘folha seca’ y la colaboración de Leoni. Y de una preciosa vaselina desde fuera del área, Guti terminó de redondear esta engañosa goleada que permite al conjunto blanco dar su primer paso adelante en el camino hacia la Décima.