La rumorología cuenta que el "9" blanco realiza un total de 3.500 abdominales diarios, una cifra que de ser cierta podría tenerle cerca de dos horas diarias haciendo semejante ejercicio. Pero lo que está claro es que la estrella blanca es de las personas más exigentes que hay en estos momentos en el vestuario blanco, una imagen que se aleja de la extendida idea de que suele dejarse seducir por el mundo de la noche.
Por tanto, nada más lejos de la realidad. Tras una pretemporada aceptable en la que el jugador mostró algunas dudas por su falta de acierto de cara a gol ("sólo" anotó tres tantos en nueve partidos, con un par de ellos de penalty), el luso ha comenzado la campaña como un tiro. Cuatro tantos en poco más de dos partidos ligueros, ya que fue suplente en Cornellá, están mostrando su mejor cara y le postulan entre los máximos candidatos a conseguir el pichichi de esta temporada.
Un rendimiento profesional que a cualquier jugador le dejaría satisfecho, pero a Cristiano Ronaldo no. Como ya le sucedía en sus partidos con el Manchester, el delantero suele torcer el gesto cada vez que su entrenador le sustituye. Y es que él quiere jugar todos los minutos para marcar más goles y pulir su juego, de manera que consiga su gran anhelo, ser el mejor de la historia. Sin duda, una tarea muy complicada, pero a la que seguro que podrá aspirar si continúa por la senda del trabajo que se ha marcado.
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