Más de dos lustros sin pisar el Bernabéu

Míchel volverá esta tarde al pisar el césped de la que fue su casa 13 años después





Aquel día, con el entrenador que no iba a contar con él para la próxima temporada en la grada, se despidió a lo grande, marcando un golazo desde fuera del área y otro de penalti. El entrenador Fabio Capello iba a comenzar una nueva era en el Real Madrid y el centrocampista no entraba en sus planes.

Era el 19 de mayo de 1996 y Míchel abandonó el césped emocionado entre los aplausos del público. Sabía que nunca más iba a jugar en un campo en el que había vivido buenos y malos recuerdos. Han pasado más de diez años y ahora es el técnico del Getafe, club con el que podrá volver a pisar el tapete de la que fue su casa desde que debutara el 11 de abril de 1982 en Castellón debido a una huelga de futbolistas de Primera División. Hasta 1984 no se asentaría en el primer equipo.

Mientras jugó en el feudo madridista, Míchel vivió momentos inolvidables. En la retina de todos está el momento en el que durante un córner palpó los genitales al colombiano Valderrama. Tampoco se olvida su presencia en las remontadas europeas ante equipos como el Anderlecht, Derby County, Borussia Moenchengladbach, Rijeka, Inter de Milán o Estrella Roja.

RELACIÓN AMOR-ODIO CON EL ESTADIO BLANCO

Sin embargo, el técnico madrileño también ha vivido momentos amargos, fruto de su larga historia de amor-odio con la grada del estadio madridista. Pocos han olvidado una fecha, el 11 de junio de 1989, cuando el Real Madrid celebraba una de sus cinco ligas consecutivas ante el Espanyol. Míchel, en medio del partido, abandonó el terreno de juego. Después, declararía que se sentía perseguido por el público. Luego se reconciliaría.

En el aspecto deportivo, el Bernabéu también trajo insatisfacciones para el ex jugador blanco. Nunca olvidará la eliminatoria de semifinales de la Copa de Europa de 1988 ante el PSV Eindhoven holandés, que birló el máximo título continental a una gran generación de futbolistas. Durante el partido de ida, en el Santiago Bernabéu, se fraguó el desastre por culpa de un empate a un gol. En la vuelta, Míchel vio como se escapó la final por culpa de un resultado sin tantos. Después, el Milán de Sacchi se encargó de cerrar las puertas al Real Madrid en Europa.

De esta forma, Míchel pondrá fin a una sequía de 13 años sin visitar el lugar que le encumbró como jugador y que fue el germen de grandes momentos futbolísticos y de grandes instantes polémicos. Al mando del Getafe, saboreará todos sus recuerdos pero vestido de azul. El blanco, durante noventa minutos, lo guardará en su memoria.