Mateu se quedó con los pitos que iban para el equipo

El público que llenó el Santiago Bernabéu cambió los pitos iniciales por aplausos





Mucho se ha hablado, quizá demasiado, en el entorno madridista de cosas que poco tienen que ver con el fúbol, entre otras cosas porque precisamente eso, fútbol, es lo que ha brillado en el Bernabéu por su ausencia hasta ahora. Las derrotas ante Milan y Alcorcón, el empate en Gijón, la 'gutada' de Guti, y las dudas sobre el futuro de Pellegrini han centrado la atención del madridismo en estas últimas fechas, y precisamente era él mismo el que aún no había expresado su opinión... hasta el partido de hoy, claro.

Alguno habrá podido expresar su opinión en algún foro, televisión, radio y, más probablemente, en el bar. Pero el lugar idóneo era esta tarde, ante los suyos, en el único juzgado madridista: el Santiago Bernabéu. Los aficionados tenían su derecho a manifestar su parecer con el cuidado de no cometer juicios precipitados. El cliente siempre tiene la razón y en esta ocasión acude al bazar del Bernabéu a reclamar lo que le corresponde: esfuerzo y respeto.

Y bien que lo hizo al inicio, pues recibió al equipo con una sonora pitada cuando saltaron al césped. Sin embargo, los silbidos pronto cambiaron de destinatario, porque Mateu Lahoz se convirtió por méritos propios en el objetivo número uno de la afición madridista. La expulsión de Albiol al minuto treinta hizo que la afición apoyara incondicionlamente a su equipo desde ese momento hasta el final del partido prácticamente. La comunión con la grada parece haber vuelto.

MÍCHEL, RECIBIDO CON APLAUSOS


La situación extradeportiva en la Casa Blanca había desviado la atención del partido del Getafe, y resulta que el equipo de Míchel llegaba cargado de ex madridistas. El primero, el propio entrenador y su ayudante Juan Eduardo Esnáider, pero también Roberto Soldado, Parejo, Codina, o Miguel Torres. Precisamente fue Míchel el que acaparó más aplausos del respetable cuando su nombre era 'coreado' por el speaker del Bernabéu.