Pero en el minuto 64, se llevó otro recuerdo más desagradable del Calderón, cuando un objeto lanzado desde la grada le golpeó en el rostro del entrenador madridista, Manuel Pellegrini, tras anotar Gonzalo Higuaín el tercer tanto para su equipo que suponía el 0-3 en ese momento. El objeto, que le impactó en la mejilla, a la altura del pómulo y la nariz, apenas perturbó más de lo necesario al técnico chileno, quien sin hacer una tragedia ni descomponerse, se llevó la mano al rostro e inmediatamente tuvo que recibir las asistencias de los médicos del club. El árbitro del partido, Clos Gómez, detuvo el encuentro para consultar por su estado, a lo que Pellegrini respondió con sobriedad que podia continuar sin problemas con sus funciones al mando del Real Madrid. Al parecer, el objeto lanzado desde la grada del Calderón contra el entrenador era una piedra.
el entrenador dijo en la rueda de prensa posterior al partido: "Creo que fue una piedra, no fue nada, me dio de costado".
Manuel Pellegrini demostró que la concentración y el rictus imperturbable que exhibe durante los partidos no es una pose y que ni tansiquiera una agresión, reprobable y vergonzosa, de la afición rival pude hacerle distraerse de lo más importante: el partido que está disputando.
Finalmente, el equipo de Pellegrini sumó los tres puntos que le permiten mantener las distancias con su principal rival liguero, el FC Barcelona, pero él se llevó su victoria número 100 en los 200 partidos que ha dirigido en nuestro país, aunque su victoria más importante fue ante la fanática y agresiva afición atlética.
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