Queiroz, enemigo público del madridismo

Desde que fracasara en el Madrid solamente ha atacado al club blanco





Han pasado ya cinco años desde que Jorge Valdano decidiera fichar a Carlos Queiroz como entrenador del club de Concha Espina, y hay quien todavía se explica como fue posible que este inepto, cuyo mayor mérito era el de haber sido el segundo de Alex Ferguson en el Manchester, pudo haber llegado a entrenar a una entidad de la categoría del Real Madrid. Pues bien, como la envidia es el mayor veneno del ser humano, este portugués no ha tenido mejor cosa en este último lustro que criticar al que fuera su ex equipo siempre que ha tenido ocasión de hacerlo.

"NO SOY UN POLICÍA PARA SEGUIR A LOS JUGADORES"

A los pocos día de ser despedido tras firmar un penoso final de campaña, con cuatro derrotas en los últimos partidos del campeonato liguero, el inepto este se desmarcó con unas declaraciones en las que decía que no era "un policía para seguir a los jugadores por las noches", aludiendo a la "falta de autoridad" de la que le acusó Florentino (y con toda la razón).

Pero esto no quedó sólo ahí. Tras volver al Manchester de la mano caritativa de Ferguson (nadie más parece quererle) acusó a los blancos de no tener paciencia con los entrenadores ("el problema del Madrid es que se instala el pánico tras un mal resultado"), y acusó al que fuera su club de que si no se fichó a Pepe cuando él era entrenador es porque "en aquella época los defensas no vendían camisetas".


"CRISTIANO NUNCA SERÁ ESPAÑOL"

Pero cuando de verdad le salió su vena antimadridista fue cuando Ramón Calderón intentó, sin éxito, el fichaje de Cristiano Ronaldo. Entonces, el que dice ser entrenador mostró lo inepto que es a través de las siguientes declaraciones: "Ya hicieron lo mismo con Cristobal Colón y ahora parece que quieren naturalizar a Cristiano. No será español. ¿No se acuerdan lo que hicieron en el pasado? Que no nos hagan perder la paciencia..."

Ayer, y con este historial de declaraciones sobre sus espaldas, cometió la penúltima de sus cafradas: convocar a Cristiano Ronaldo a pesar de estar lesionado. Una prueba más de que la envidia y el rencor son los sentimientos que rigen la vida de un entrenador que sólo acumula fracasos allá donde ha ido, y que ha conseguido un logro más en su meritoria carrera: hacer que Portugal se juegue la clasificación al Mundial en la repesca con la mejor generación de futbolista que el país vecino haya tenido en su historia. Nos tememos que en seis meses el que dice ser entrenador se quedará otra vez en el paro...