Ambos son los referentes de sus equipos, los futbolistas capaces de decidir el encuentro con una genialidad salida de sus botas. Por ello, es normal que sus lesiones estén trayendo de cabeza a todos los aficionados al fútbol, pues su ausencia en el campo el próximo domingo podría suponer una merma en el espectáculo y, por qué no decirlo, una variación en el resultado final.
Sin embargo, el proceso que están siguiendo ambos jugadores es inverso. Cristiano Ronaldo sale esta semana de un esguince de tobillo que se reprodujo a medidados de octubre por forzar en un partido con su selección, mientras que Messi se hizo el pasado sábado ante el Athletic una lesión de grado I en el abductor. Por lo tanto, uno acaba su calvario y otro podría estar empezándolo, todo dependiendo de cómo evolucione el problema del argentino.
Y es que las molestias del crack culé en un principio no parecen ser preocupantes, por lo que el jugador no está ni siquiera descartado para el encuentro del martes ante el Inter en la Champions League. Aunque, conociendo la manera que tienen de actuar los clubes en estos casos, lo más probable es que el Barça no cierre las puertas por una mera cuestión de guerra psicológica. A los blaugranas les conviene jugar al despiste y no descartar a Messi para ninguno de los dos encuentros, y eso es lo que están haciendo.
En el caso del luso, hay menos dudas sobre su presencia en el encuentro de Liga. El jugador ya tiene el OK del cuerpo médico para jugar unos minutos ante el Zúrich suizo, por lo que lo lógico sería que fuese titular en el estadio barcelonista. Sólo una recaída de última hora le impediría ver cumplida su intención de jugar tan trascendental encuentro, por lo que ahora todos los focos apuntan a Messi.
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