Undiano, el ladrón

La lamentable actuación del árbitro navarro contribuyó a que el Barça subiera al liderato





Undiano Mallenco sabía lo que se hacía. Bajo la ley del 'Villarato' todo campo es propicio para plasmar el control de éste sobre el fútbol español desde la sombra aunque a todas luces manifiesto. En el partido entre Barcelona y Real Madrid el árbitro pamplonés supo 'controlar' el juego en todo momento.

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El Madrid buscaba un juego físico que permitiera interrumpir el fútbol de toque desde la falta táctica y Undiano se encargó de que el juego cayera del lado blaugrana pitando reiteradamente faltas inexistentes mientras Keita disfrutaba de su barra libre de leñazos. Los de Guardiola, atentos a que la actitud del (ex) señor de negro fomentaba un fútbol de contacto que terminaba a su favor, participaron de la fiesta y parecía que fueran los propios jugadores del barcelona quienes dictaran a Undiano cuáles eran sus preferencias para sacar las faltas en uno u otro lado. En ese dominio del partido de Undiano no sólo se apoderó también de la regla del fuera de juego, la omitió por completo, comiéndose un flagrante fuera de juego que puso al Barça por delante. Minutos más tarde, ante una evidente mano de Busquets, el árbitro, que no sabía si seguir a su instinto o a las directrices que le habían marcado, no pudo menos que mostrarle la tarjeta y provocar la consiguiente expulsión de éste. Tanto se concentró Undiano Mallenco en las faltas de los blancos que se olvidó que también podía sancionar las de los locales. Así, una internada de Cristiano Ronaldo en el área de Valdés terminó con una clara falta de la defensa 'culé'. Undiano, cegado en su empeño, no lo señaló. Como se sentía culpable por dejar a los amigos de Villar con diez, a pocos minutos de finalizar el encuentro, Undiano impuso su particular idea de justicia expulsando a Lass, su último campanazo en una nada sorprendente victoria local que permite a los de Guardiola superar a los de Pellegrini en la clasificación, eso sí, jugando con 12.

Pese a que su participación pasó desapercibida para muchos (los 'culés') sus constantes faltas sancionadas a los madridistas entorpecieron el juego visitante. Su arbitraje no fue escandaloso aunque las tarjetas amarillas para los jugadores madridistas hizo que éstos tuvieranque contenerse ante las acometidas del Barça. Undiano no quiso sumarse al espectáculo del partido pero fue el mejor jugador de los de Guardiola. Su presencia pasó desaparecibida, sin embargo Undiano sabía lo que se hacía.