Platini, cómplice del infierno

El estadio del Olympique de Marsella volvió a exhibir su peor cara ante el Madrid





Y finalmente, bajo el auspicio del Presidente de la UEFA, Michel Platini, se confirmó. El estadio del Olympique de Marsella, popular entre en toda Europa por su cuantioso grupo de seguidores ultras, tiró de repertorio barriobajero para tratar de intimidar al conjunto de Manuel Pellegrini.

Los insultos y cánticos contra los jugadores madridistas animaron el entrenamiento de los blancos. Nada, cosa de niños. Más tarde, con el partido en marcha, los punteros láser, que parecen haberse generalizado en los campos de fútbol como si de pipas se trataran, bailaban sobre los jugadores del Real Madrid, más concretamente sobre Lass e Higuaín. Pero lo más grave sucedía sobre la portería de Casillas, en donde el lanzamiento bengalas y petardos, entre otros objetos (uno de ellos, cayó sobre Van der Vaart cuando éste se disponía a lanzar un córner), han obstaculizado el normal discurrir del encuentro, no sólo en contra de los madridistas, sino también para con la labor del colegiado.  El punto culminante de tanta desfachatez se produjo cuando Lucho González anotó el tanto del empate para los locales, cuando hasta cinco bengalas iluminaron la grada del estadio marsellés. Después, los tantos de Albiol y Cristiano Ronaldo aplacaría las ansias marsellesas.

Desconocemos si Michel Platini, que ya comienza a arrastrar una extensa lista de vergonzosas actuaciones antimadridistas, condenará y perseguirá situaciones como las sucedidas esta noche, cosa ésta difícilmente esperable por otro lado, dadas su reconocidas simpatías para con los equipos de su patria. Y es que no hay mejor cómplice del infierno que el propio diablo.