La historia es realmente curiosa, porque el lateral izquierdo perdió una de sus lentillas durante un golpe con un jugador rival en la primera parte. Un acontecimiento que, en un jugador con problemas de visión, puede llegar a convertirse en preocupante, ya que es susceptible de mermar el rendimiento en el campo.
De esta manera, Álvaro Arbeloa tuvo que aguantar hasta el descanso para solucionar el percance, si bien no lo pudo hacer sin la colaboración de su compañero Albiol. El salmantino no llevaba recambio para la lente, por lo que fue el valenciano el que le tuvo que prestar una de las suyas que tenía reservada. La ventaja es que ambos jugadores tienen dioptrías parecidas, por lo que las diferencias de visión entre ambos no se notaron lo suficiente como para impedir que Arbeloa jugase con su nueva lentilla.
El resultado posterior del equipo y el buen rendimiento de Arbeloa dejó patente que la solución buscada por los jugadores fue perfectamente satisfactoria. Aunque eso sí, seguramente que para el próximo partido Arbeloa no olvidará llevar consigo un repuesto de lentillas para que no tenga que recurrir a "ojos" ajenos.
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