La magia del 4-3-1-2

El entrenador madridista prolonga ante el Zaragoza su idilio con las victorias





Han tenido que pasar cuatro meses de competición para que el entrenador del Real Madrid encaje las numerosas nuevas piezas del puzzle madridista. La llegada de hasta ocho jugadores al equipo complicó al chileno la labor de dar con un once titular que le asegurara vencer y convencer en cada partido. Ahora, con este sistema táctico, el equipo blanco aúna triunfos y reconocimiento.

Con la victoria del Madrid ante el Zaragoza, el equipo 'merengue' acumula una racha de cuatro victorias consecutivas en las que los tres puntos han venido acompañados de la exhibición de un fútbol acorde a tan talentosa plantilla. Pese a la derrota en el Campo Nuevo por 1-0, el conjunto de Pellegrini demostró que el equipo blanco comenzaba a tener una ide de juego que comenzaba a madurar. Después, la goleada al Almería en casa, el contundente cierre de la fase de grupo de la 'Champions' en Marsella, la demostración de confianza en sí mismos de Mestalla y la última exhibición goleadora ante el Zaragoza dan la razón a Pellegrini.

En esta ocasión, el orden de los factores sí altera el producto

Con este 4-3-1-2 son las piezas-jugadores las que se adecuan al dibujo y no al revés. En todos esos encuentros Pellegrini mantuvo el esquema, intercambiando los nombre en función de las ausencias (otro de los contratiempos del Madrid): la baja de Kaká inesperadamente bien cubierta por Van der Vaart, Higuaín y su sustitución del otrora titularísmo Raúl en el ataque blanco con productivo resultado o el afianzamiento de Marcelo en el medio campo, entre otros factores, contribuyeron a que la ecuación terminara de encajar.

Y es que, en un deporte como el fútbol dominado por las pasiones, a veces los números tratan de imponer su lógica matemática. De momento, 'el Ingeniero' ya parece conocer la fórmula matemática del éxito.