La metamorfosis de Diarra II a Lass

El francés ha logrado por méritos propios ser el pilar básico de este Real Madrid





Allá por diciembre de 2008, muchos de los aficionados españoles al fútbol conocían a Lass de oídas, o como mucho, le habían visto en algún partido de la Premier League. Sin embargo, el por entonces director deportivo del equipo, Pedja Mijatovic, creyó conveniente que el equipo se gastara cerca de 19 millones en contratar a un jugador de escaso nombre en Europa.

Por eso, el francés llegó a Chamartín con la vitola de ser Diarra II, pues a pesar de encontrarse lesionado el malí, parecía que el del Porstmouth sólo sería un recambio temporal mientras Mahamadou se recuperaba. Sin embargo, el menudo centrocampista apareció el día de su presentación con una camiseta en la que figuraba el nombre de "Lass", pues era la manera en la que quería que se le conociera en España.

Y es que el joven galo venía a a Madrid con la intención de hacerse un nombre y de ganarse un puesto. Desde el primer momento Lass demostró que el llevar el peso del equipo no le venía grande y que incluso era capaz de cubrir la ausencia de Makelele, un hueco que estaba sin llenar en el centro del campo desde hace un lustro. Ahora, doce meses después, el ex de Chelsea y Arsenal es un fijo en el equipo blanco y en la selección francesa, convirtiéndose así en uno de los mejores jugadores en su posición.

Es mediocentro se caracteriza por su fortaleza física y su trabajo en la medular, aunque también posee una calidad técnica envidiable que le permiten sacar el balón con fluidez y prodigarse en ataque. Golazos como el que le marcó al Deportivo en la primera jornada de Liga así lo demuestran y le convierten en imprescindible para el futuro de su equipo. Él en ningún momento quiere compararse con otros jugadores como Diarra o el propio Makelele, porque quiere ser Lass. Aunque quién sabe, lo mismo las comparaciones acaben por hacerse con él como referencia.