Manuel Pellegrini tenía varias opciones para cubrir la baja del francés para la gélida tarde-noche que azotaba el Bernabéu. Una de ellas, y por la que apostaban la mayor parte de los medios especializados, era la de ubicar a Granero en el flanco derecho para hacer compañía a Xabi Alonso en la medular. Pero Pellegrini, que no quería romper el equilibrio defensivo alcanzado por el equipo estas últimas jornadas, optó por dar entrada finalmente a Fernando Gago.
El argentino, que no era titular en el equipo desde el pasado 10 de noviembre, fecha en la que el Madrid cayó eliminado ante el Alcorcón, se aprovechó de la sanción de Lass y de la presencia de Diarrá con Mali en la Copa de África para entrar en el once inicial 61 días después.
Gago no ha contado nunca con la confianza de Pellegrini desde que diera comienzo la temporada. Ha pasado de ser titular indiscutible estas dos últimas campañas a ser suplente de los suplentes tras la llegada de Xabi Alonso y el buen hacer de Diarrá en los partidos en los que ha tenido oportunidad de jugar. Todo apuntaba a que se marcharía cedido o traspasado en el mercado de invierno, pero la marcha del de Mali para disputar la Copa de África han imposibilitado su salida. Y, casualidades de la vida, el destino le ha dado la oportunidad de jugar en el Bernabéu. El medio centro, con una participación discreta pero efectiva, demostró durante los 90 minutos que estuvo sobre el campo que Pellegrini tendrá una alternativa más de garantías antes posibles ausencias en el equipo, más aún cuando su compañero de baile esta noche, Xabi Alonso, se retiró del terreno de juego antes de tiempo con problemas musculares. Sí, Gago ha resucitado.
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