El Real Madrid, a la caza de los de Guardiola

Los de Pellegrini inician su particular carrera por recortar distancias con el Barça





18 jornadas disputadas hasta la fecha, 20 por disputar, 60 puntos en juego y tan sólo 5 de diferencia entre los dos primeros clasificados de la Liga y máximos aspirantes al título. 'Merengues' y 'culés', fieles a la tradición, mantienen un discurrir paralelo y disputado en pos de un título liguero que parece abocado a acabar en lo que ya apuntaba desde el comienzo: en una Liga de dos.

En este proceso, el remozado Real Madrid se ha mantenido en todo momento en la pelea por las primeras posiciones de la tabla. De hecho, desde la segunda jornada, el equipo de Pellegrini no ha bajado del segundo puesto, siendo líder en tres jornadas. Sólo la fortaleza del actual campeón ha impedido que los madridistas pudieran alcanzar el ecuador de la competición con el simbólico título de campeón de invierno. El equipo 'merengue' se ha mostrado intratable en casa y sólo los tropiezos fuera de ella le han restado algo de brillantez a su notable discurrir por la competición local. Las derrotas en Sevilla, Barcelona y Bilbao, todas por la mínima, sumado (o más bien restado) a los empates de Gijón y Pamplona, hacen pensar que la segunda vuelta será lo suficientemente propicia para los intereses blancos como para pensar en el asalto al primer puesto.

El calendario se presenta propicio para la remontada. Pasadas las visitas a los campos más complicados del panorama nacional, el Madrid se encuentra en disposición de prolongar su racha triunfal en el Bernabéu. El primer rival será el Malága en el último partido de la primera vuelta. Otra jornada en casa. Otra jornada con olor a goleada. La recepción como anfitrión a Espanyol, Villarreal y Sevilla, y la visita al siempre incómodo Riazor, además de las salidas a Xerez y Tenerife deberían servir para medir las aspiraciones de un equipo que, pese a mantener una línea ascendente, aún no ha alcando la excelencia esperada. Unas jornadas en las que el Real Madrid vivirá con la muerte (que produciría el fracaso) en los talones. Que Florentino nos pille confesados.