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Una vez eliminados de la Copa del Rey, y hasta que vuelva la Champions, las jornadas de los miércoles se presentaban sosas en el Real Madrid. Había que buscar una solución ante el posible aburrimiento de los jugadores, y se decidió que un amistoso en Albania a precio de oro (2.5 millones de euros) era la solución ideal para expandir un poco más el madridismo por Europa y rellenar las arcas. El negocio redondo.
La tercera edición de la llamada Taci Oil Cup, que tuvo al Milán como protagonista en las dos primeras ediciones, obligará a los Kaká, Casillas, Cristiano y compañía a realizar un viaje de 6 horas totales de duración. No parece lo apropiado en plena temporada, máxime cuando se viene de perder en Bilbao, y la enfermería no deja de ser un peligro para cualquiera de los que se exponga a jugar. Los 2.5 millones que percibirá el Madrid obligarán a Pellegrini a alinear lo mejor que tenga. Una imposición en toda regla. Si el tal Rezart Taci, magnate albanés con el dinero por castigo, quiere ver al Madrid poco menos que en pijama y en zapatillas saca la billetera y deseo concedido. Pellegrini rezará para que sus deseos no se conviertan en sus pesadillas.
Se echan en falta canteranos en la convocatoria
Ni la típica idiosincrasia que suele presidir estos partidos y que se ejemplifica con la escena de varios canteranos pidiendo paso y dejándose el alma en el campo podrá verse. Ningún jugador del Castilla ha sido convocado para el bolo albanés. Una pena. Ver a Kaká, Ronaldo o Benzema será una alegría para los albaneses pero no poder disfrutar de los Mosquera, Sarabia o Gary, por poner algunos ejemplos de canteranos, será aún más duro para los madridistas de aquí. Es lo que tiene el que paga, que tiene el derecho a exigir. Si la cosa acaba sin lesionados, al menos, al Madrid le habrá salido medianamente rentable su expansión por el Este de Europa.
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