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Tras el encuentro ante el Athletic de Bilbao, el Real Madrid sumó su cuarto partido lejos del Santiago Bernabéu sin anotar un tanto. Lo que parecería imposible en un equipo que cuenta con nombres como los de Benzema, Cristiano Ronaldo, Higuaín, Raúl, Van der vaart o Van Nistelrooy en sus filas se ha convertido en el particular agujero negro del equipo blanco.
El primer tropiezo llegó en Gijón, en la jornada 8, en un partido en el que el 'Ingeniero' aún andaba a vueltas con la alineación del equipo y el modo de sacarle el máximo rendimiento. Las ausencias terminarían obligándole a conformar un once con Marcelo de lateral izquierdo, Drenthe en la banda y Raúl y Kaká como delanteros. El resultado: empate a nada. Después llegó la visita al Campo Nuevo en la decimosegunda jornada, en donde sólo la falta de puntería del equipo en general, y de Cristiano Ronaldo en particular, impidieron que los blancos hicieran callar a los 'culés'. Más tarde, en la decimosexta jornada, los blancos visitaron un territorio tradicionalmente hostil como Navarra en el que la presión local, de jugadores y afición, fue motivo suficiente para frenar el ambite ofensivo del Madrid. Por último, la ya conocida derrota en San Mamés bajo condiciones similares a las de Pamplona.
El Real Madrid, que actualmente es segundo clasificado en Liga a cinco puntos del Barcelona, encuentra en sus desplazamientos la imposibilidad de lograr aquello para lo que parece haber sido diseñado: marcar goles por doquier. Para alcanzar los títulos a los que aspira tan ambicioso proyecto no sólo vale ganar en casa, también hay que convencer fuera. El siguiente enfrantamiento liguero será en el Bernabéu ante el Málaga, pero en las próximas semanas La Coruña y Xerez servirán de piedra de toque para un equipo que aspira a ganarlo rtodo, sobre todo la Liga de Campeones, aunque este año la final de ésta se juega en casa. Quizá sea algo premonitorio.
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