En la mañana de este viernes el Real Madrid había viajado a Coruña con Cristiano Ronaldo en la expedición con el deseo de que se produjese el milagro durante la reunión del CEDD, pero finalmente éste no se dio. Algo que en el seno del club se esperaba, pues este organismo lleva la friolera de diez años sin conceder una cautelar a un jugador madridista. En aquella ocasión se trató del cancerbero Albano Bizarri el jugador que fue perdonado por una expulsión, pudiendo jugar el siguiente encuentro ante el Atlético de Madrid.
Y es que el CEDD parece tomar las decisiones en función del color de la camiseta de los jugadores. De hecho, el ex culé Thiago Motta sí la recibió en la temporada 2006-2007 por realizar una acción similar a la de Cristiano Ronaldo, es decir, dar un codazo a su rival Diego Milito. Un claro ejemplo de doble rasero que que queda expuesto con la intransigencia de un Comité que parecía tener tomada la decisión mucho antes de reunirse.
De esta forma, con este tercer acto se culmina una farsa orquestada por el Villarato que tenía un final escrito desde el pasado martes. Entonces ya el Comité de Competición se encargó de crucificar a Cristiano Ronaldo por cometer una acción parecida a la que realizó Messi ante el Sevilla y por la cual el argentino se fue de rositas. Posteriormente fue el Comité de Apelación el que se rió del madridismo, para completar la faena este viernes con el CEDD y su negativa a dar la cautelar. Así ha ganado el Villarato, pero ha perdido el fútbol.
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