Villar, un maestro de la provocación

Escandalosas designaciones arbitrales para los partidos del próximo fin de semana


Turienz haciendo una de las suyas




La Federación quiere cargarse la competición. Cuando quedan aún 18 jornadas para la finalización de la Liga, va el presidente con pinta de cura progresista de la Federación e impone unas designaciones arbitrales que sólo han satisfecho a una persona, que no es otro que a su amigo Juanito Lapuerta. Y es que las designaciones arbitrales para el Real Madrid y el Barcelona para la 21ª jornada muestran a las claras cuales son los colores del máximo organismo de nuestro fútbol.

Empecemos con el colegiado elegido para los blancos, Turienzo Álvarez. Al igual que su presidente, tiene pinta de curo, pero de tonto no tiene un pelo. Situémonos en la temporada 2006/07. Los blancos, entrenados entonces por Capello, viajaban a Santander en un capítulo más de la intensa lucha que merengues y culés mantenían por hacerse con el campeonato ese año. Pues bien, el que se supone que tiene que imponer justicia en el campo casi arma un embolado de mucho cuidado, al señalizar dos penaltis en contra de los madridistas que le dieron la victoria al Racing y que casi supone la pérdida de opciones de la entidad Concha Espina para pelear esa Liga. Un escándalo que llegó a los periódicos de tirada nacional, que no dudaron en señalarle como el máximo culpable de que el Madrid no se hubiera colocado esa jornada lider.

El 'colega' Iturralde en el Atlético-Barcelona

Pero más desternillante es la elección de Iturralde para el choque del Barcelona ante el Atlético de Madrid. Precisamente cuando el Barcelona tiene que rendir visita a uno de los campos que históricamente se le viene dando mal, va Villar y pone al servicio de Lapuerta y los suyos al máximo exponente del Villarato. Los de Guardiola ya han recibido algún favorcito de parte del colegiado vasco. Fue ante el Espanyol, un encuentro que acabó 1-0 a favor de los barcelonistas merced a un supuesto penalti sobre Xavi que, por supuesto, sólo vio él.


Para los ciegos que no crean en el Villarato, esta es una prueba más del tufo que puede olerse en la competición. Hay que hacer todo lo posible para que el Barcelona gane la Liga sí o sí. Y si para eso hay que restar emoción al campeonato cuando restan 18 jornadas para el final, pues se hace y punto. Aquí lo importante es dejar contento al jefe. Lo demás son cuestiones intrascendentales...