Ha caído como una losa entre los seguidores madridistas la inesperada derrota de los blancos en el partido de ida de los octavos de final de la 'Champions'. Pero, como anteriores partidos que ha perdido el Madrid, para quien la derrota no se encuentra en su diccionario, Pellegrini, que ya ha sufrido el amargo sabor de la derrota al frente del banquillo merengue en otras seis ocasiones, ésto sólo es un motivo más para volver a levantarse.
En el periodo más tumultuoso del Real Madrid esta temporada, el que va desde la primera derrota de la campaña en Sevilla hasta el 'Alcorconazo', los hombres del 'Ingeniero' siempre se levantaron tras caer noqueados: al 2-1 de los de Manolo Jiménez le siguió un 4-2 al Valladolid; tras el único desliz en Liga de Campeones, en casa ante el equipo de veteranos del AC Milan, se empató en Gijón; el Getafe sirvió para demostrar que la derrota en Alcorcón sólo era una pesadilla pasajera. Después, dos nuevos partidos cedidos a los puntos. Barcelona y Athletic de Bilbao aportaron el acicate necesario para que el Madrid despertara y acumulara seis y cuatro partidos consecutivos sin conocer la derrota, respectivamente.
Tras todos estos resultados se yergue un Manuel Pellegrini, condenado y resucitado en apenas 24 horas en varias ocasiones, que, aunque pusadamente, siempre ha sabido reaccionar a los golpes. Su principal problema: la celeridad con que se vive el día a día en Madrid. La derrota por la mínima en Gerland es un resultado más que remontable. De hecho, salvo en el de Gijón, los blancos siempre anotaron al menos dos goles tras encajar un mal resultado. Aún restan casi tres semanas para el partido de vuelta ante los de Claude Puel, con los enfrentamientos ante Villarreal, Tenerife y Sevilla de por medio. Partidos importantes, sin duda, no tanto por comprobar que los blancos siguen peleando en Liga, sino por asistir a un nuevo renacer de Manuel Pellegrini.
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