El futbolista, que se encuentra en Londres concentrado con la selección de su país, Costa Marfil, para disputar el próximo miércoles un partido amistoso ante Corea del Sur, aludió a la desafortunada acción que le costó la expulsión el domingo frente a los vascos, que dejó a su equipo en inferioridad numérica. "Me siento mal por el error que cometí, soy consciente de la importancia del partido y dejé a mis compañeros con un jugador menos cuando aún quedaba toda una segunda parte por disputarse. Quiero pedir perdón a mis compañeros y a la afición, y también darles las gracias por su apoyo", dijo.
En este sentido, explicó que su intención era evitar a toda costa un tanto de los vizcaínos y por ello cometió la falta que le costó la tarjeta roja. "Era el último defensa, y quería parar a Iturraspe porque estaba ya al borde del área y era una jugada muy peligrosa; cuando estás en caliente tienes que decidir rápido, haces gestos mecánicos, y no da tiempo a pensar en las consecuencias. Ahora en frío, me doy cuenta de que fue un error porque dejé al equipo con diez".
Paralelamente, el jugador le dio las gracias a sus compañeros y al técnico, por su apoyo y comprensión. "Cuando finalizó el partido les estaba esperando en el vestuario y todos mis compañeros me dieron mucho ánimo. Yo estaba abatido y todos me mostraron su apoyo. Luego lo hizo el técnico en sala de prensa, dio la cara por mí y eso es de agradecer", indicó, en declaraciones recogidas por el web del club.
Y es que Romaric destaca la unión que reina en el vestuario blanquirrojo, sin olvidar hacer un vaticinio ambicioso sobre lo que resta de temporada y los objetivos que se fija el Sevilla. "Formamos una auténtica familia, estamos muy unidos y eso se demuestra cuando ocurren este tipo de acciones. Quiero olvidar la jugada y subsanar ese error con mi juego, disfrutando y ayudando al equipo para conseguir hacer una buena temporada, que confió en que así será. Creo que conseguiremos la tercera plaza, la Copa del Rey y llegar lejos en ''Champions''", concluyó.
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