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El mensaje trasladado por el chileno, así como por algunos otros jugadores merengues fue claro: no se puede bajar los brazos hasta el final, primero porque el Barcelona puede pinchar y segundo porque no se puede repetir la mala imagen que ya se dio la temporada pasada después de caer 2-6. Y entre estas ideas, es sabido que algún jugador recordó a los presentes que con Capello ya se consiguió el título de Liga cuando parecía imposible.
Sin embargo, aunque la situación es igual de desesperada que en la 2006-07 porque a siete jornadas del final el conjunto blanco no depende sólo de él mismo, hay algunas diferencias respecto a aquella campaña. A priori, aquel Madrid tenía supuestamente menos calidad que el actual. Igual que le sucedía al Barcelona, que a día de hoy es objetivamente superior. Por otro lado, el conjunto merengue venía con una trayectoria ascendente (sobre todo tras empatar a tres goles en el Camp Nou), mientras que el Barcelona estaba de capa caída. Y este año sin embargo, ambos han mostrado un nivel espectacular hasta que midieron sus fuerzas el pasado sábado.
Pero quizás la diferencia más notable, y la que posiblemente sea menos alentadora para el madridismo, llega cuando se miran los puntos de ambos equipos. Y es que aquella temporada, después de todo el esfuerzo realizado en el tramo final, el Madrid llegó a la jornada 32 tercero pero con sólo dos puntos de diferencia respecto a un Barcelona líder, mientras que a día de hoy la distancia es de tres puntos. Entonces se consiguió dar la vuelta a la tortilla, ¿será posible hacerlo también ésta?
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