Valdano: no hagas la de Pilatos

Carta abierta al Director General





El Real Madrid es una empresa peculiar. Peculiar porque tiene millones de seguidores alrededor del mundo. Es foco además de una atención mediática que ninguna entidad deportiva recibe en todo el mundo (sólo comparable a la de Ferrari). Pero el hecho de que todos los medios estén pendientes de ti eso no significa que se deban tomar medidas a la ligera para salir en los telediarios. Y menos aún responsabilizar del presunto fracaso de la entidad en una temporada a una sola persona del organigrama deportivo. Cuando se gana los elogios son para todos, y cuando se pierde cada uno debe repartirse su parte de culpa.

Manuel Pellegrini ha sido designado por ciertos medios de comunicación y por ciertas personas dentro del club como la ‘cabeza de turco’ del año en blanco del Madrid. El chileno fue el encargado de hacer funcionar un equipo con muchas caras nuevas y con la presión añadida de tener que competir ante el mejor Barcelona de la historia. Cierto es que el equipo no ha respondido a todas las expectativas que se habían generado, pero no es justo focalizar las responsabilidades en una sola persona, en este caso el entrenador.

No dudamos de la capacidad y preparación de Jorge Valdano para poder desempeñar la función de Director General en una entidad del prestigio del Real Madrid. Lo que no es admisible es la actitud del ‘quito y pongo’ a mi antojo que ya tomó hace siete años, cuando decidió, en contra de todos los madridistas, no seguir contando con los servicios de Vicente del Bosque como técnico blanco. Más ridículas fueron aún las razones que se dieron para explicar su marcha: que si sus métodos estaban anticuados, que su imagen no correspondía a la que quería transmitir el Real Madrid. En definitiva, un error mayúsculo que le costó al club pasarse la nada desdeñable cifra de tres años en blanco, y permitir de paso que el Barcelona le coma terreno en lo que estabilidad deportiva se refiere.

VALDANO TROPIEZA EN LA MISMA PIEDRA


Una persona letrada como Valdano tiene que saber admitir que en ocasiones rectificar es de sabios. Es más, el director general se ha cansado de repetir que la actual Junta Directiva ha aprendido de los errores del pasado. Desgraciadamente para Manuel Pellegrini, y también para los cientos de miles de madridistas que creen en la continuidad de este proyecto, el club va a tener que soportar todo lo que conlleva cambiar de técnico una temporada más. Un volver a empezar en el cual lleva sumido el club desde la marcha del actual seleccionador español, y del que los actuales dirigentes no parece que vayan a querer salir.

Eso sí, mientras Pellegrini se ha convertido en el ‘pim pam pum’ de determinada prensa deportiva española, Jorge Valdano sale, una vez más, indemne de todo esto. Al igual que hizo Poncio Pilatos con Jesucristo, el Director General se limpió las manos de manera cobarde a la finalización del partido en Málaga al no garantizar la continuidad del actual técnico la próxima temporada. ¿Cómo es posible que hace un mes este señor defendiera la figura de su técnico y ahora, una vez que la Liga ha terminado, no sea capaz de defender a su hombre ahora que la figura de Mourinho se engrandece por momentos? Y lo más grave de todo: ¿Por qué nadie del club, incluido Valdano, ha entonado el mea culpa ante la desilusión que ha supuesto el no ganar ningún título de los tres a los que optaba el equipo?

Si por algo se caracteriza la afición del Real Madrid es que es cualquier cosa menos tonta, y si desde dentro de la entidad se considera que los resultados de esta temporada no han sido los esperados, no puede ser que una única persona sea la culpable. En las victorias y, sobre todo, en las derrotas, las responsabilidades han de repartirse por igual. Ya se fue Valdano de rositas cuando eligió al infame Carlos Queiroz como sucesor de Del Bosque. ¿Volverá a hacerlo permitiendo la destitución de Pellegrini? En decisiones así, no vale con ser políticamente correcto. Ya le perdonó el Bernabéu su primer error, pero difícilmente lo hará con el segundo. Así que, Valdano, por el bien del Madrid, no hagas la de Pilatos. Sólo basta recordar como se acabó la otra vez...