A pesar de no ser tan ofensivo como en partidos precedentes, Ramos subió al ataque en varias acciones a balón parado en las que estuvo muy cerca de hacer diana con la red de la meta paraguaya. En esa faceta sigue siendo un peligro. Su reto es marcar algún gol de cabeza en lo que resta de competición.
No fue muy exigido en labores defensivas pero cumplió cuando le tocó bailar con las subidas de Morel, lateral zurdo sudamericano. Su mayor problema llegó en la recta final cuando recibió un golpe en la cabeza por una patada y tuvo que ser atendido. Una herido que bien valió una semifinal de un Mundial.
DEJA TU COMENTARIO