Al igual que todos sus compañeros, Ramos cuajó una excelente actuación. Sin embargo, su actuación fue más destacable en la primera parte, cuando el sevillano se prodigó más en ataque y se mostró como un extremo por la banda derecha. En cambio, en la segunda parte Pedro pasó a ocupar más el carril diestro, lo que obligó a Ramos a mantener más su posición en defensa, algo que se acentuó con el gol hispano y la posterior presión alemana en la búsqueda del empate.
Además, Sergio Ramos fue el gran protagonista de las polémicas de la noche. Cuando el primer tiempo moría, el andaluz pugnó con Özil por una pelota, acabado el alemán en el suelo. Sin embargo, el colegiado húngaro de la contienda no apreció nada, al igual que lo que sucedió ya en la segunda parte cuando Ramos cayó en el área alemana durante la pugna por un centro desde la izquierda. Aunque pareció que el alemán zancadilleó al español, el colegiado quiso evitarse problemas y mandó seguir. Por lo tanto, ambas jugadas se equilibran en la polémica arbitral y, tras la victoria española, han pasado a formar parte del anecdotario del choque.
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