La temporada pasada, en plena persecución al Barcelona en pos de conseguir el título de Liga, el conjunto mentonces entrenado por Pellegrini tuvo que remontar en prácticamente todas y cada una de las últimas jornadas del campeonato. Desde que se perdiera ante el Barcelona en el Bernabéu por 0-2, los blancos se vieron con el resultado en contra ante el Almería (1-2), Zaragoza (1-2), Osasuna (3-2), Mallorca (1-4), Athletic de Bilbao (4-1) y Málaga (1-1). Finalmente el título de Liga no fue a parar a la sala de trofeos madridista, pero el equipo demostró que no se había olvidado del espíritu de la Cofradía del Clavo Ardiendo, que llevó al Madrid, entrenado entonces por Capello, a ganar la Liga en la temporada 2006/07.
Con Mourinho parece que la tendencia puede repetirse. Él es un técnico especializado en ganar partidos en los instantes finales del mismo, como él mismo reconoció en declaraciones concedidas al periódico inglés The Sunday Telegraph: "He ganado muchos partidos con el Chelsea, el Inter y el Oporto en los últimos veinticinco, veinte o quince minutos. Uno va perdiendo y necesita un empate para ir a casa, y finalmente se lleva un punto. En casa uno tiene enfrente a un equipo muy defensivo, se la juega un poco y termina ganando. Al final del año uno ha acumulado más puntos y a veces esos puntos son cruciales", explica el portugués.
Pues en lo que llevamos de pretemporada el Madrid se ha visto obligado a remontar en sus dos partidos. Ante el América de México se vio con 2-1 abajo en el marcador cuando restaban 30 minutos para el final, y finalmente se consiguió la victoria por 2-3 merced a los tantos de Higuaín y Cristiano Ronaldo. Con los Galaxy la remontada fue más meritoria si cabe, ya que tras ir al descanso con un 2-0 en contra se dio la vuelta al resultado tras una espectacular segunda parte.
Parece que con Mourinho en el banquillo los madriditas van a disfrutar esta temporada con más remontadas memorables, como la lograda hace tres años ante el Espanyol (4-3), el Getafe (3-2) o la lograda ante el Sevilla la temporada pasada (3-2). La pregunta para los madridistas es obvia: ¿prefieren que su equipo gane de esta forma, o prefieren que los partidos sean más tranquilos para los intereses madridistas?
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