Casillas salvó la cara de un Madrid gris

El portero fue el artífice de que el Madrid no se llevara una goleada de Alemania. Flojo partido de los blancos ante un rival más rodado. Los penaltis permitieron a Mourinho ganar su primer título de blanco.





Jugar ante un equipo alemán, en su feudo, y en pleno mes de agosto es sinónimo de peligro, sobre todo, si sólo llevas con el equipo al completo algunos días. Esto fue lo que le pasó al Madrid nada más saltar al Allianz Arena de Múnich. Los germanos, con varias marchas más que los blancos debido a su mayor preparación física, se convertían en auténticos aviones mientras que los blancos andaban en patinete.

La mayor diferencia, notabilísima, se produjo en los encontronazos entre Ribéry y Sergio Ramos. El francés dejó de lado en  varias ocasiones al internacional español con mucha facilidad. En una de ellas, el lateral blanco sólo pudo detener al galo cometiendo penalti. Una pena máxima tan absurda como innecesaria. Badstuber quiso convertirse en el ‘desvirgador’ del partido. Sin embargo, Casillas le adivinó la intención y le sacó el balón lanzándose a la izquierda, en primer lugar, y posteriormente se revolvió para parar un tiro a quemarropa de Müller. El de Móstoles no estaba de pretemporada.

El Madrid apenas creaba peligro

Ficha Técnica:


Bayern Múnich: Butt (Kraft 45); Jüllich, Van Buyten, Badstuber, Contento (Braafheid 45); Van Bommel (Ottl 58), Sosa (Schweinsteiger 58); Müller, Pranjic (Haas 72), Ribéry (Altintop 58); y Klose.

Real Madrid: Casillas; Ramos (Lass ''59), Carvalho (Granero 87), Garay (Albiol 44), Marcelo (Drenthe 85); Khedira, Xavi Alonso; Pedro León (Di María 58), Canales (Van der Vaart 58), Ronaldo e Higuaín (Benzema 61).

Goles (penaltis): 0-1 Cristiano, 1-1 Badstuber, 1-2 Van der Vaart, 1-2 Altintop (falla), 1-3 Xabi Alonso, 2-3 Ottl, 2-4 Benzema, 2-4 Brafheid (falla).

Árbitro: Franz-Xaver Wack. Mostró tarjeta amarilla a Carvahlo (84)

Estadio: Allianz Arena. Lleno. 70.000 espectadores. El Madrid se llevó el trofeo que rendía homenaje a Beckembauer.

Del Madrid poco o nada se sabía en facetas ofensivas. Un intento de remate de Higuaín y un chut lejano de Marcelo fueron las pocas noticias en el área del Bayern. Y es que los germanos dominaban la posesión y el ritmo pero no el marcador. Y no lo hacía porque Casillas se empeñó en que no fuera así. Primero le sacó un mano a mano a Ribéry tras el primer gran error de Carvalho como central madridista y, posteriormente, le comió la tostada a Klose tras no llegar Garay a interceptar el desmarque del delantero germano.

El gong del descanso fue la mejor de las noticias para el Madrid. El respiro de los 15 minutos del intermedio fue vital para un Madrid que se sostenía de milagro gracias a su portero. Sin embargo, el que se vino abajo fue el Bayern o, al menos, no continuó con su asedio hacia la puerta de Casillas. Era la mejor de las noticias porque, nuevamente, de la parcela ofensiva no había noticias. Únicamente un remate de Di María que sacó ese portero con apellido de mahonesa, Kraft, y el posterior rechace que Van der Vaart mandó al lateral de la red sembraron cierto conato de peligro en la afición alemana.

Benzema, muy perdido en el campo

El aburrimiento se fue apoderando del partido. La entrada de Benzema no cambió nada en el choque, salvo la desesperación que denota entre los seguidores madridistas. Al francés le queda todavía mucho para ser el delantero que necesita el Real Madrid. Y ya no se podrá escudar en eso. Sólo Cristiano lo intentaba y eso que su físico le pidió descanso en más de una ocasión. Todo estaba abocado al cerocerismo. Y así acabó. Era el momento (otra vez) de Casillas.

En la suerte de los 11 metros, el de Móstoles volvió a consagrarse como el héroe blanco en Múnich. Hasta dos penaltis acabaron en sus guantes, mientras que todos los merengues que lanzaron encontraron la red de la meta germana. Gracias a Casillas, el primer título de la era Mourinho se marchó al Bernabéu…aunque con mucho por mejorar si quiere repetir suerte cuando los partidos sean de verdad.