Y es que el técnico portugués no sabe lo que es perder en un debut de cualquiera de sus anteriores equipos (Oporto, Chelsea e Inter) en la Champions. Sabe que comenzar con buen pie una competición con tan poco margen de error como la Champions es fundamental, y así ha sabido transmitirselo a sus jugadores, ya que acumula un balance de cinco victorias y dos empates en la primera jornada de la fase de grupos de las últimas siete ediciones.
Pocos son los entrenadores que pueden presumir de que, en su primer año disputando la Champions, puedan proclamarse campeón. Mourinho lo hizo con el Oporto, un equipo de segunda fila europea, y su trayectoria en esa Champions de la temporada 2003/04 no empezó precisamente con buen pie, ya que cedió un empate a domicilio ante el Partizán de Belgrado (1-1), del cual se pudieron recuperar ya que acabarían proclamándose campeones.
En las siguientes tres ediciones, ya como entrenador del Chelsea, sí que pudo empezar la fase de grupos con victoria. En la temporada 2004/05 ganó con contundencia al PSG en el estadio Parque de los Príncipes de París por 0-3, y en los dos años siguientes hizo lo propio ante el Anderlecht (1-0) y el Werder Bremen (2-0). Sin embargo, en la 2007/08 su periplo en la Premier llegó a su fin tras ceder un empate ante el Rosenborg en Stamford Bridge (1-1), precisamente en el primer partido de los de Mourinho en esa edición de la Champions.
Con el Inter de Milán tuvo también dos buenos debuts, y ante dos rivales nada sencillos. En su primera temporada en Italia (2008/09) comenzó su andadura en la Champions con victoria por 0-2 ante el Panathinaikos en el siempre difícil infierno griego. Y el año pasado, en el que ganó la segunda Champions de su carrera, empató a cero con el Barcelona en el Giuseppe Meazza. ¿Será capaz de mantener esta racha de resultados ante el Ajax de Amsterdam?
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