Cuando a los barcelonistas les da por sacar pecho de la cantera, siempre tiran por lo lo facilón, lo mediático: Messi, Xavi, Iniesta, Puyol, Xavi, Valdés, etc... Sin embargo, cuando toca recordar a canteranos fraudes como Gerard, Gabri, Arnau, Jeffren u Oleguer, el silencio es sepucral, sobre todo cuando se menciona a este último. No se entiende como un jugador tan calamitoso no sólo haya sido capaz de jugar en el Barcelona, sino haber podido continuar su carrera en el Ajax de Amsterdam.
Desgraciadamente para los madridistas, este jugador lo único que hace en Holanda es chupar banquillo y disfrutar de la buena vida (¿qué entrenador en su sano juicio le daría la oportunidad de ser titular? Si llegara a jugar, el Bernabéu debería ponerse en pie al unísono y recibirle con una sonora ovación, no sólo para que Olegario se sienta cómodo en Madrid (una ciudad a la que ama con absoluta devoción) sino para agradecerle los servicios prestados en sus calamitosas temporadas en el primer equipo del Barcelona. ¡Bienvenido a tu casa, Olegario!
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