El Madrid transforma los pitos en ovaciones

Özil volvió a deslumbrar al Bernabéu. Esta vez por fin funcionó el Real Madrid en ataque con un Higuaín que rompe su mala racha con un doblete. Casillas cierra su tercer partido imbatido.





Mucha expectación rodeaba este partido ante el Ajax. Primero, porque después de la polémica con los pitos del Bernabéu, se esperaba con expectación el recibimiento del coliseo blanco. Una afición que estuvo entregada a su equipo, más que en otras ocasiones, y si hubo alguien objetivo de sus pitos fueron sólo Oleguer y la afición del equipo franjirrojo, empeñada en animar al Barcelona en casa del máximo rival. Pero el partido también era interesante sobre todo porque era el estreno merengue en la Champions League, la competición fetiche del Real Madrid a lo largo de su historia, y a la vez la competición que más disgustos ha dado en los últimos tiempos. Sin embargo, en la noche de hoy no iba a haber llantos ni disgustos. Todo lo contrario, porque el primer paso en esta competición fue firme. Muy firme. El más firme de todos los que había dado el equipo de Mourinho hasta ahora.

Por momentos, sobre todo al principio, este Madrid se pareció en algo al de los dos anteriores partidos oficiales. Teniendo la posesión del cuero, pero que en ocasiones parecía no saber qué hacer con él. Y es que al jugar un día después de que el Barcelona haga una manita en Champions, es más fácil ver las carencias en el juego de este equipo. Y una de las principales y que viene arrastrando desde hace tiempo es que los jugadores blancos no saben jugar sin balón. Nadie busca el desmarque, nadie se ofrece y es raro ver alguna pared entre futbolistas merengues a excepción de cuando entra Özil en juego.

Sin embargo, si por algo se ha caracterizado este Madrid en los últimos años también, es porque tampoco necesita agobiar al rival como hace el Barcelona para sumar victorias. Y hoy fue una de esas ocasiones porque, por no faltar a la verdad, lo cierto es que ante un Ajax que difícilmente trenzaba tres pases seguidos, esta vez sí que hubo infinitamente más ramalazos que en los dos anteriores partidos oficiales. Y es que los de blanco probaron a Stekelenburg más de una veintena de ocasiones en el partido, aunque la mayoría fueran desde lejos y con pocas probabilidades reales de sorprender al meta tulipán. Entre esa colección de disparos se coló Özil, que se erigió de nuevo en el faro que genera más luz en este equipo aprovechando los huecos que dejaban los holandeses, que no defendían ni metidos en su campo ni con la vehemencia con la que lo hicieron Mallorca y Osasuna. Con un poco más de tiempo a este nivel, el alemán empezará a ser visto como uno de los pilares al nivel de Ronaldo o Casillas.

-          La ficha:


2 - Real Madrid: Casillas; Arbeloa, Carvalho, Pepe, Marcelo; Xabi (Lass 80’), Khedira; Ronaldo, Ozil (Canales 85’), Di María (P.León 79’); e Higuaín.

0 - AFC Ajax: Stekelenburg; Van der Wiel, Alderweireld, Ooijer, Anita; De Zeeuw (Tainio 68’), Enoh, Emanuelson; De Jong, El Hamdaoui y Sulejmani (Eriksen 84’).

Goles: 1-0, Anita p.p. (30’); 2-0, Higuaín (71’).

Árbitro: Damir Skomina (Eslovenia). Amonestó a De Zeeuw (8’), Xabi Alonso (27’).

Incidencias: Primera jornada fase de grupos Liga Campeones. Estadio Santiago Bernabéu. Casi lleno (73.000 espectadores). Al inicio del encuentro se rindió homenaje a Rafa Nadal, recién campeón del US Open de tenis.

El Bernabéu despidió en pie a Özil, hoy de nuevo deslumbrante

Aunque paradójicamente, de las botas del alemán no salió el primer gol blanco. Higuaín había tirado al larguero, un Ronaldo hoy negado cara al gol se dejó comer el terreno por Alderweireld en un contraataque donde se plantó casi solo en el área, y Di María lanzó por encima de la portería un balón cuando también se encontraba sin marca en el área neerlandesa. Todo eso sólo en la primera parte. Tuvo que ser en un córner y casi de rebote cuando llegó el tanto merengue mediada la primera parte de mano de un Higuaín que se reencontró con el gol después de dos partidos regañado con él. Un tanto que no cambió el partido en absoluto, con el Madrid instalado en su inestabilidad colectiva pero lanzado por las individualidades. Y si lo cambió fue para bien del conjunto merengue, al que tantos disparos debieron de despertarle el instinto asesino y nada más volver del descanso se lanzó sin piedad a por un Ajax ya moribundo para terminar de asestarle el mordisco definitivo.

Sin embargo, como bien dice Mourinho, en el fútbol no se puede conseguir siempre lo que se quiere y cuando se quiere. Y el conjunto blanco necesitó de siete ocasiones hasta que llegó el gol. Especialmente peligrosas un mano a mano de Ronaldo, un tiro de Ozil después de marcharse de tres ajaccied en una baldosa, y un ‘no-cabezazo’ de Higuaín cuando estaba solo tras un rechace. Sin embargo, mediada la segunda parte, por fin se rompió el cántaro de tanto ir a la fuente. Y cómo se rompió. Di María –hoy francamente incisivo y sensiblemente mejor como extremo que Benzema- asistió a Özil por encima de la zaga dentro del área. El remate del germano lo despejó Stekelenburg, pero el rechace le llegó de nuevo al ‘23’ blanco, que probó con otro recurso de su extenso manual centrando para un Higuaín que, solo en el área chica, marcó sin oposición. El tanto no era sino la confirmación de la tremenda superioridad que se veía sobre el campo, y la puntilla a un partido que nunca dio la sensación de que se le podía escapar al Madrid. Ronaldo lo intentó hasta la exasperación, pero hoy no era su día. Afortunadamente para el madridismo, hoy no sólo se dependía del luso. Hoy todos dieron la cara, y de ahí que al final todos los pitos del Bernabéu se transformaran en aplausos.

FOTOS: realmadrid.com