Los precedentes en tierras galas no eran nada buenos antes del choque, pues estos decían que de diez partidos jugados en Francia, el Real Madrid sólo había ganado en tres y había perdido en otros seis, dejando sólo un empate para el recuerdo. Una decena de choques de los cuales dos se habían producido la campaña pasada; uno en la ronda de grupos ante el Olympique de Marsella que se saldó con un 1-3 para los visitantes, y el de octavos de final frente al Olympique de Lyon que terminó con el 1-0 que, a posteriori, sería decisivo para la eliminación merengue del torneo.
Pues bien, tras el partido disputado en el estadio Abbé-Deschamps de Auxerre, se puede concluir que el equipo ha ofrecido su cara buena ante los equipos franceses, ya que ha conseguido su cuarto triunfo en territorio vecino. Triunfo que, además, sirve para inagurar el palmarés de los enfrentamientos directos entre ambos equipos, ya que, la de este martes, ha sido la primera ocasión en la que estas escuadras coinciden en una competición oficial.
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