Y entre la nada... Tres puntos

Rácana victoria la lograda este martes ante un equipo francés muy ordenado que mereció más. El Real Madrid se mostró lento y predecible en su juego durante gran parte del choque, pero supo aprovechar la ocasión cuando se la encontró.





Intención desde un principio no le faltó al Madrid, que saltó al coqueto Abbé Deschamps con la idea de controlar el esférico, mientras el Auxerre se encerraba atrás a la espera de una contra que cazar. Con estos ingredientes los primeros minutos fueron de un gran frenesí en el que el conjunto local era el que mostraba mayor peligro gracias a la velocidad de sus delanteros. Así, Oliech tuvo la ocasión inaugural del encuentro al encontrarse con un balón rechazado por Casillas, pero que no consiguió meter en la 'jaula' por simple mala suerte.

Por su parte, el conjunto morado respondía a los primeros sustos galos con un ejemplo de lo que lleva mostrando este inicio de temporada. Toques en el centro del campo y sin apenas profundidad ante la ausencia de movilidad de los puntas, de los cuales era Cristiano el que ponía el picante con sus intentos desde fuera del área. Al luso se unía de vez en cuando un animoso Lass, que con sus avances le permitía ganar metros al equipo, como si de rugby se tratase. Y en una de esas acciones, Higuaín se encontraba con un balón dentro del área que remataba entre palos, pero la zaga del Auxerre lograba despejarlo justo sobre la línea de gol.

El encuentro estaba en el lado del Madrid, pero con una pega: el juego no venía a diferir mucho de lo visto en los últimos días. Los de Mourinho manoseaban el esférico sin saber qué hacer exactamente con él, mientras los franceses cerraban espacios con un cierto orden. Xabi Alonso era la pieza que debía poner cordura en ataque, pero el vasco se encontraba demasiado alejado del área rival como para hacerse sentir en el juego. El resultado: el Auxerre volvía a perdonar mediada la primera parte, esta vez tras un cabezazo de Ndinga que se perdía rozando el palo de la portería de Casillas.

Los minutos avanzaban y el choque se iba volviendo más trabado de manera exponencial al paso del crono. Así que, en estas condiciones, era Lass uno de los futbolistas más beneficiados, lo cual quedó patente cuando el francés se plantó en la frontal del área y, tras un rebote, se encontró frente al portero rival. Sin embargo, la escasa pericia ofensiva del pivote merengue quedó patente con su disparo alto y desviado. Acción que sería el antecedente de la ocasión más clara del partido para los merengues, un mano a mano de Marcelo que se encontró con la buena parada de Sorín. Curiosamente, el brasileño recibió la pelota tras un pase lejano de Xabi Alonso, en lo que suponía el primer intento del Madrid por hacer un juego directo.


De ahí al descanso, unos minutos de empuje del Auxerre que Casillas saldó con un par de buenas atajadas. Pero ni rastro del Madrid que todos sus aficionados esperan ver, pues el equipo enfilaba el camino de vestuarios envuelto en una apatía y ‘un quiero y no puedo’ más que preocupante para una escuadra que había empezado la campaña aspirando a todo.

Los cambios le dieron otro aire al equipo

Sin embargo, la imagen de los de Mourinho no mejoró en nada en la segunda parte. El estilo predecible y cansino siguió siendo el mismo, sólo que ahora los madridistas probaban a bombear más balones al área de los habituales. El Real era dueño y señor del esférico, pero lo jugaba en horizontal de manera incesante, y cuando se atrevía a llegar al área de Sorín, sus delanteros acababan perdiendo la pelota como consecuencia de su inexplicable baja forma.

La ficha:

0 - Auxerre: Sorin; Hengbart, Coulibaly, Dudka, Grichting; Contout (Jelen, 46´), Pedretti, Ndinga,Chafni (Quercia, 88’); Langil (Traoré, 77’) y Oliech.

1 - Real Madrid: Casillas; Arbeloa, Sergio Ramos, Pepe, Marcelo; Lass (Di María, 73’), Xabi Alonso, Khedira; Ronaldo, Benzema (Özil, 57’) e Higuaín (Diarra, 85’).

Goles: 0-1, Di María (81’).

Árbitro: Claus Bo Larsen (DIN).

Estadio: Abbé Deschamps. Amonestó a Cristiano Ronaldo (38’),  Sergio Ramos (59’) y Lass (66').

Incidencias: Segunda jornada correspondiente a la Liga de Campeones 2010/11. Estadio de Abbé Deschamps. Lleno (23.400 espectadores).

Por tanto, era más que evidente que al equipo le faltaba un último pase, de forma que el luso optó por introducir en el terreno de juego a Özil en lugar de Benzema. Quizás el francés no se mereció mucho más que sus compañeros el cambio, pero la realidad es que su aportación había sido totalmente estéril para el discurrir del encuentro. En consecuencia, con el alemán, el equipo ganó algo más de pausa en los últimos metros, aunque a la hora de crear peligro, Cristiano era el que se llevaba la palma.

De hecho, el portugués animó a los suyos con un par de minutos electrizantes, producto de un saque de falta lejano que desvió Sorín con problemas y de un cabezazo a bocajarro que se perdió por encima de la portería. Pero del gol, ninguna noticia. Lo cual constituía un riesgo, sobre todo si el el equipo se rompe en los últimos minutos y deja a su rival con facilidades para la contra. En estas, el Auxerre tuvo el partido en su mano tras un centro, el cual se encontró con la cabeza de Pepe y acabó en el palo de la portería de Casillas. Era un aviso de la suerte, que venía a dejarle claro al Madrid que estaba jugando con fuego.

Y por una vez, el orden que había sido el partido durante los 80 minutos iniciales tornó en caos. Eran instantes en las que cualquiera podría haber marcado, aunque una vez más, como lleva ya años pasando, el Madrid fue el que acabó aprovechando su oportunidad. Simple cuestión de pegada, a pesar de que, un encuentro más, el equipo había escrito toda una oda al error. La clave estuvo en que Di María, que había entrado en lugar de Lass, se encontró un regalo de la defensa del Auxerre, incapaz de achicar uno los desesperados centros de Özil. El argentino tuvo tiempo para bajar la pelota, pensar y cruzársela a Sorín, consiguiendo un gol que debía valer su peso en oro.

En ese instante Mourinho se olvidó del ataque y puso toda la maquinaria del equipo al servicio de la defensa. El cambio de Diarra por Higuaín lo dejó patente, aunque la presencia del malí no evitó que el Auxerre diera el último susto en las botas de Jelen, tras un clamoroso error de Pepe. Ahí tuvo el empate el polaco, pues con su tiro se esfumó un punto que hubiera hecho justicia a lo visto sobre el terreno de juego. Y es que este Madrid sigue sin ninguna idea y, lo que es peor, da pocos motivos para el optimismo futuro de sus aficionados.